“A LO JOHN TRAVOLTA”
Delante del espejo me veo genial. Parezco un actor de cine, a lo John Travolta en “Grease”. No me falta detalle: zapatos de punta fina bien lustrados, pantalón ajustado y chupa de cuero con cremalleras, cinturón ancho con tachuelas plateadas y una gran hebilla, camisa de lunares negros sobre fondo blanco, colgante con un colmillo de tiburón, un arete en la oreja, las cejas bien peinadas y el tupé.
Estoy nervioso e impaciente. Muy pocas veces me he sentido tan turbado ante una cita como ésta. Ni siquiera cuando Cindy me iba a presentar a sus padres, ni cuando adopté a “Dog”, mi perro. El corazón me late al borde de la taquicardia y, si no me controlo, me desmayaré de la emoción. Me prepararé un Martini con fresas heladas a ver si me tranquilizo.
¿La razón? Voy a comenzar la lectura de “El amante de Lady Chatterley” y quiero estar a la altura.
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