jueves, 4 de enero de 2024

"La blanca y el pinzón" nos acerca a la decena

 


LA BLANCA Y EL PINZÓN


La culpa es de la Blanca, si no fuera por su poderío y su afán de protagonismo, yo todavía conservaría mis ojos…

¡Ayyy! ¡Qué pena! Esos ojos  que me permitían volar sin rumbo por los campos verdes y amarillos

sobre los que brillaban las azuladas plumas de las hembras a las que deslumbrar con mis vuelos; esos ojos que avistaban fácilmente los insectos en verano y las bayas rojizas en el  invierno, así podía encontrar el pico ávido de mis crías y reparar el nido en el arbusto.

Pero, tuvo que aparecer la Blanca, con su extremada duración y mi incapacidad para cantarla.

No eran suficientes la Negra, tan fácil y accesible, tan popular; ni la Corchea, tan rápida y amontonada; apareció la Blanca... y mi nuevo dueño decidió que, si me cegaba, no me distraerían los colores de la vida y mis trinos serían virtuosos y largos. 

Él no sabe que también más tristes.

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