martes, 29 de diciembre de 2015

La decisión


Cebollas en cesta, de Cristina Rubalcava
LA DECISIÓN

Mientras la silueta catedralicia emerge con voluntad de esfinge, un hombre taciturno camina por la Calle Mayor ajeno a la furia de los vientos encontrados, díscolos como sueños. Su semblante está guiado por un fuerte propósito y la barba de confines ciertos ahonda su mirada. Se diría que el tiempo de tomar la decisión se le está acabando. Por eso, al pasar junto al colegio de Santo Domingo, ignora el comentario de dos jóvenes estudiantes que, como si fuera un hallazgo de mérito, comentan:
—El maestro es igual que Larra.
Ya en el Instituto, en la soledad del departamento, se acerca al ventanal con las manos en los bolsillos. El otoño sestea y un pájaro, que choca su pico en el cristal, rompe el silencio de su determinación. Da media vuelta, se sienta ante el portátil y grita desaforado:
—¡Que se devanen los sesos!

Y escribe: CEBOLLA/ÓLEO  

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