sábado, 19 de diciembre de 2015

Lágrimas

Pan y cebollas, de Eugenio Fdez Díaz
Lágrimas
Oyó la vibración del whatshApp y Celia, sin apenas apartar la vista de su tarea, tendió la mano de forma maquinal hacia su teléfono móvil. Desbloqueó la pantalla, pulsó el icono verde y vio que el mensaje era de Alberto, de su querido Alberto: “Te dejo. No puedo más. Ya te lo diré cara a cara cuando reúna el valor necesario. Lo siento. Adiós”.
Se quedó lívida y sus ojos empezaron a derramar lágrimas, como le ocurría cuando pelaba cebollas para prepararle la mermelada que tanto le gustaba a él. Inclinó la cabeza dándose cuenta de que habían caído sobre el cuadro que estaba terminando.
Además de quedarse sin novio, también se había quedado sin acuarela. ¡Ahora tendría que empezar aquella marina con óleo sobre un lienzo! Se limpió los ojos, rompió la devastada cartulina y suspiró.



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