Mujer con camisón en el jardín, de Domingo Álvarez |
EL
DIPLOMA
Era una chica de buen ver
muy alegre. Todos los días iba a la ciudad a estudiar. Llegó a oídos de su
padre el rumor de que trabajaba en el alambre. Decidió investigar. Le siguió
los pasos y comprobó que entraba en una casa que no era la academia. Al día
siguiente se presentó allí y concertó una cita a ciegas. Tenía que ser con la
chica morena de ojos grandes. En la habitación a oscuras, solo tardó el tiempo
de cortarle un trozo del camisón de raso.
Juanita
se quedó de piedra al ver aquella tela sobre la mesa del desayuno. Sintió el
mismo terror que cuando era niña, escondida entre las chumberas, oía las
atronadoras bombas caer sobre la ciudad portuaria. Deseó que la tierra se la
tragara. Desde aquel día nunca más se supo qué fue de ella.
“Ahí tienes el diploma de
tus estudios”, le dijo su padre por última vez.
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