INFORME
Agonía, de Max Beckmann |
Yo
oía su informe pero lo que estaba escuchando era tan horrible y tan
grave que me quedé muerta y ya no entendía nada, me encontraba
fuera de este mundo pero él seguía hablándome y su voz era tan
aguda que parecía venir de otro planeta y me atravesaba el cerebro
como un alambre fino. Después de esos instantes de sufrimiento y de
dolor y ausencia oí como me decía: Tiene
que ser fuerte pues así es la vida. Hemos hecho todo lo que estaba
en nuestras manos pero vaya haciéndose a la idea de que a su marido
le queda poco tiempo por vivir.
Después
de este mazazo sólo me venían a la cabeza los momentos que pudieron
haber sido felices y no lo fueron por mí, desaprovechando sus ganas
de vivir. Y ahora ¿qué?
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