miércoles, 1 de enero de 2020

"Riada" es el catorce


RIADA
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La riada del Segura, de A. Muñoz Degraín
Ya están aquí otra vez esos hijos de perra. Merodean sin descanso por los límites de mi propiedad, se acercan a la valla de alambre con el pretexto de que son voluntarios y desean ayudarme. Desde que el agua arrasó el Palmeral, inundando nuestras casas, destrozando nuestros bienes, los vecinos no han parado de acosarme. Son inmunes al desaliento… como cuando me preguntaban por María. Pero no conseguirán su propósito: no van a limpiar mi casa, no sacarán al camino polvoriento una montaña de electrodomésticos herrumbrosos, ni de muebles enmohecidos. No van a levantar los pedazos de barro seco que cubren mi jardín, como gigantescas piezas de un puzzle interminable. No van a recoger los restos de la piscina prefabricada, ni curiosear debajo del césped artificial… porque allí, entre las lombrices y los caracoles, envuelto en una colcha de ganchillo que el tiempo habrá convertido en un amasijo putrefacto, está escondido el maldito cadáver de María.

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