Olvida las copas de
cristal y demás,
olvida todo eso. Deja la
habitación como está.
Ahora ya todo está listo.
Estamos ya listos.
¿Vas a ir?
Raymond Carver
VIDAS CRUZADAS*
- ¿Sabes qué bebió Chéjov justo antes de morir?
Ella sonrió. Luego dio una respuesta totalmente absurda.
- No, no fue un Martini. Eso es lo que habrías pedido tú…
- ¿Qué fue, entonces?
- Champagne. El médico del balneario, viendo que su muerte era inminente, pidió la botella.
- ¿Con fresas, quizás?
- No; ni fresas ni ostras. Aunque, irónicamente, al ser verano, tuvieron que trasladar su cadáver a Moscú en un vagón refrigerado con un rótulo que decía: OSTRAS.
- “No hay nada serio en la mortalidad, todo son juguetes” …
- ¿Otra de tus citas?
- Shakespeare. Es mejor que la Biblia. ¿No te parece?
Ella sonrió. Luego dio una respuesta totalmente absurda.
- No, no fue un Martini. Eso es lo que habrías pedido tú…
- ¿Qué fue, entonces?
- Champagne. El médico del balneario, viendo que su muerte era inminente, pidió la botella.
- ¿Con fresas, quizás?
- No; ni fresas ni ostras. Aunque, irónicamente, al ser verano, tuvieron que trasladar su cadáver a Moscú en un vagón refrigerado con un rótulo que decía: OSTRAS.
- “No hay nada serio en la mortalidad, todo son juguetes” …
- ¿Otra de tus citas?
- Shakespeare. Es mejor que la Biblia. ¿No te parece?
Ray no contestó. A oscuras, sus pupilas enseguida se quedarían dilatadas y fijas, como el que contempla incrédulo, como por sorpresa, el batir de alas de una enorme mariposa nocturna de alas negras, justo antes de chocar contra la lámpara eléctrica. Tess simplemente creyó que dormía.
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* (A Raymond Carver,
autor de “Tres rosas amarillas”, que, en un asombroso paralelismo, murió una
noche de verano aquejado de una enfermedad pulmonar, como su admirado Chéjov.
Se acostó y ya no despertó.)
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