Aquí tenéis los tres relatos ganadores del IV concurso de nuestro club:
Primer Premio: "Juicio inicial". Autor: Álvaro Giménez García
Hechas las diligencias previas, llegó el día del juicio. El fiscal comenzó su interrogatorio a Eva Mater. ¿No es cierto, señorita Mater, que prometió al señor Adán Pater acceder a sus deseos de boda, si mordía la manzana prohibida? Un tímido, pero pícaro sí salió de los labios de la mujer.
El fiscal sonrió y no hizo más preguntas. El abogado defensor, sentado junto a Adán, agachó la cabeza. El juez, moviendo su gran ojo dentro del triángulo, emitió el veredicto vociferando: Eva y Adán, por la Ley Divina, os declaro culpables de desobediencia y os condeno a la pútrida humanidad. Seréis expulsados más allá del riachuelo de las fieras.
El fiscal reía envuelto en olor a azufre. Los profetas, como balas, abandonaban la sala para registrar concienzudamente todo lo sucedido en sus libros. Adán, escondido y ruborizado, se tapaba sus estrenadas vergüenzas.
Eva, frente al juez, inauguraba la sensualidad al cruzar sus piernas.
Segundo premio: "Interestelar". Autora: Josefina García Godoy
Regreso a la Tierra desde un planeta remoto de la constelación de Orión, acusada de ser una mujer Nexus 6 y, por ello, sentenciada a muerte. Me someterán a la prueba de los recuerdos; los terrestres sostienen que los replicantes no pueden recordar su niñez, porque nunca fueron niños, pero yo estoy dispuesta a demostrar que mis recuerdos son auténticos, no implantados. Basaré mi defensa en que todos los humanos lectores tenemos un libro favorito y que sólo nosotros somos capaces de emocionarnos al leer y de revivir esas emociones al evocarlo.
En este largo viaje, “me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya…”
***
“No se ve bien sino es con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”,- ha sido mi alegato final-. En silencio, los allí reunidos hemos llorado. He sido absuelta.
“Mi flor está allí, en alguna parte…”
Tercer premio: "La mujer que devoraba cualquier tipo de libros". Autora: Fuensanta Estremera Saura
Arrancó una página del “Ulysses” de Joyce y se la metió en la boca. Cerró los ojos y el sabor explotó en su paladar como una palmera de fuegos artificiales: intenso, profundo, maduro, solo para gourtmets literarios. Ya no pudo detenerse. Cuando estaba saboreando el monólogo de Molly Bloom, se paró a reflexionar. Recordó que contrajo aquella compulsiva adicción durante la infancia, cuando picoteaba las hojas de novelas de aventuras, de Verne, de Salgari, que sabían a frutas exóticas. Después, en su juventud, le apasionaron las autoras francesas… se comió todos los libros de Yourcenaur, Duras y Nothom, adoraba sus matices frescos, poderosos, contundentes. Ahora, prefiere los sabores otoñales, Carter, Roth, Steinbeck, con su gusto a velouté de castañas regadas con un delicioso Bordeaux Clairet. En su casa no queda ya ni un libro, pero ha encontrado la solución para calmar su insaciable apetito libresco: ha conseguido ser la presidenta de un Club de Lectura
lunes, 14 de enero de 2019
viernes, 11 de enero de 2019
Acta del IV Concurso de microrrelatos "La garrapata budista"
Siendo las 20:000 horas del día 11 de enero de 2019, se levanta acta del fallo del IV Concurso de microrrelatos "La garrapata budista". En esta cuarta edición, son 19 los microrrelatos a concurso, más uno que, por su extensión, entra en la denominada categoría no oficial. Realizada la lectura de todos los textos y la votación de 1 a 5 puntos de los mismos, resulta el siguiente fallo:
- Tercer premio para el relato "La mujer que devoraba cualquier tipo de libro", con 18 puntos, cuya autora confiesa ser Dña. Fuensanta Estremera Saura.
- Segundo premio para el relato "Interestelar", con también 18 puntos, cuya autora confiesa ser Dña. Josefina García Godoy, a la sazón coordinadora del Club de lectura.
- Primer premio para "Juicio inicial", con 22 puntos, cuyo autor confiesa ser D. Álvaro Giménez García.
Confiando en que los autores dicen la verdad en cuanto a la autoría de los textos galardonados, se les hace entrega de los premios y se traslada la sesión a la terraza de la cafetería "Rachel", donde prometen sufragar los gastos de unos vinos, cervezas o similares.
INCIDENCIAS:
- D. Santiago Romero Portilla, miembro del club, durante los minutos previos a la votación y lectura de los textos y después del fallo, presenta una actitud algo inquieta e inquisitiva, en especial al hacer mención a la usurpación de los suricatos como sujetos literarios que ha sufrido en esta edición.
- Durante la estancia en la terraza "Rachel", un simpatizante del club que proviene del ensayo en conservatorio de la Lonja, corea la palabra TONGO al conocer el nombre de los ganadores e incidir en que una de ellas es la coordinadora del club, otra la ganadora de tres ediciones y otro el que escribe estas palabras. Se le recomienda que tome una cerveza y deje de hablar.
El pelotón final
Último grupo de microrrelatos. Ya deberíais tener vuestro veredicto...
Libros para una vida
Beautiful tango
El mejor maquillaje
Nostalgia
Libros para una vida
Beautiful tango
El mejor maquillaje
Nostalgia
jueves, 10 de enero de 2019
Penúltimo grupo de microrrelatos
A un día de la reunión para conocer los ganadores, ahí van cinco relatos más...
Juicio inicial
Mesita de noche
El murmullo de las hojas verdes
Misterio
Silencio
Juicio inicial
Mesita de noche
El murmullo de las hojas verdes
Misterio
Silencio
miércoles, 9 de enero de 2019
Nuevo paquete de microrrelatos: sigue la deliberación...
אש
El influjo secreto
Su libro
Her favourite book
Junto a la ventana
אש
El influjo secreto
Su libro
Her favourite book
Junto a la ventana
martes, 8 de enero de 2019
Primeros cinco microrrelatos
Aquí va la primera tanda de microrrelatos: pasen y lean:
En el rojo crepúsculo de Marte
El oso
Interestelar
María de la O
La mujer que devoraba cualquier tipo de libro
En el rojo crepúsculo de Marte
El oso
Interestelar
María de la O
La mujer que devoraba cualquier tipo de libro
lunes, 7 de enero de 2019
"Nostalgia" cierra la edición de este año, el número veinte, si contamos el texto fuera de concurso
NOSTALGIA
Mujer leyendo en una ventana, de Julius Garibaldis Melchers |
Ese ritual se nos hizo hábito todo aquel año
hasta que un día ya no vinieron, los niños seguimos esperándolos día tras día
durante semanas, cuando comenzábamos a creer que nunca más volveríamos a
escuchar su voz, vimos venir a Don Gustavo solo, su pantalón mal planchado, su
americana arrugada y sus zapatos llenos de polvo; no parecía el mismo, se sentó
en el mismo banco pero no abrió su libro, nunca más.
"El mejor maquillaje"
EL
MEJOR MAQUILLAJE
Alfredo fue destinado a
Madagascar como profesor de ciencias. Allí conoció a la mujer de su vida. En
vacaciones visitaron a su abuela cuya vecina le comentó: “¡Con lo apuesto que
es tu nieto y qué poco vale ella!” Sin pensárselo dos veces, le replicó: “No te
preocupes. Es menuda pero sus diplomas siempre la engrandecerán”. ¡Cuánta
sabiduría!
Por eso me alegra verte
rodeada de libros, bebiendo en todas las fuentes, ampliando tus horizontes,
abordando las situaciones con amplitud de miras. Probablemente no irás a Gran Hermano
pero siempre se te valorará por tu saber y manera de pensar. Esa es la mayor de
las satisfacciones: sentirte respetada y apreciada por lo que eres. Bien es
cierto que muchos te atacarán por querer ser libre e independiente. Seguramente es por envidia, sigue adelante.
Me encanta que te
maquilles con el conocimiento, poesía y bellas palabras. Pues cuanto más
inteligente es una mujer, más hermosa la veo.
"Beautiful Tango"
BEAUTIFUL TANGO
De sus preciadas posesiones, la
biblioteca era la única que hasta entonces había desdeñado su mujer, la
exuberante y voluptuosa Jeanne. Los dos encarnados hibiscos que lucía en su
pelo el día que la conoció en aquel sórdido hotel porteño deberían haber sido motivo
de alerta para él- decían que el hermano, un atractivo mulato, era su amante y
su chulo-, pero, como cantaba Gardel, “por
una cabeza, todas las locuras” …
Y ahora, en el patio trasero de la
villa que habían compartido en su aventura matrimonial, preparaba, con la oscura
lujuria de una pantera, el colofón a su perfidia: lomo sobre lomo, había ido
apilando sus libros, prestos a desaparecer en una enmarañada melena de fuego,
una alta columna de humo y vanidad, un monumento a la flaqueza y la ceguera del
misteriosamente desaparecido Dashiell Everett, prolífico escritor de best-sellers
como ¿Quieres bailar un tango conmigo? o
Cómo deshacerte sin destornillador de tu
marido.
"Libros para una vida"
Libros para una vida
Al nacer su primogénita, Emily se preocupó por enseñarle
la vida a través de los libros.
Le mostró los placeres de la infancia con los cuentos de los hermanos
Grimm;le ilustró sobre las aventuras de la adolescencia con La isla
del tesoro y Tom Sawyer y le adentró en los recovecos del amor con
Romeo y Julieta y fragmentos escogidos de Las amistades peligrosas.
Concienzuda en su método, cuando su hija abandonó el hogar
para afrontar su vida de casada, Emily sintió cumplida su labor.
Así lo creyó, hasta aquella tarde de septiembre en la que su
proyecto de mujer regresó a su casa con un maquillaje tan
cárdeno como indeseable. Convencida de que cualquier problema se solucionaba con un libro,
Emily retomó su costumbre y leyó a su hija, noche tras noche, Anatomie pour boucherie, hasta
asegurarse de que ya estaba preparada para un romántico reencuentro con el cobarde matarife
de su yerno.
"Silencio"
SILENCIO
Mujer leyendo de Matisse |
Silencio. No.
Nunca hay silencio. El silencio es interior, personal y único. Todo son ruidos,
nuestra estruendosa vida. Shhhhhhh¡¡ Callad malditos. Apagad vuestros
vehículos, aspiradoras, televisores, cadenas musicales… ¡¡Silencio!! Alejad de
mí vuestros gritos irredentos, palabras las más de las veces sin sentido,
conversaciones inocuas.
Tras el
cristal de la segunda ventana de un edificio de primeros de siglo, ventana con
marco de madera, bisagras cien veces engrasadas que enmascaran un leve crujido
de agotamiento, los mortecinos ruidos de la ciudad llegan apagados, pero
continuos. Un claxon reclama su paso por la vía; unos verdecillos trinan en
revoloteo amoroso; unos niños gritan sus juegos en el parque mientras una
pareja frotan sus labios en un beso infinitamente ruidoso; el traqueteo del
metro retumba en sus oídos; una hoja desciende desde su rama rasgando el aire…
Silencio.
Nunca hay silencio. No. Piensa la mujer manteniendo amorosamente un libro en su
regazo.
"Misterio"
Retrato femenino, de Carl Whilheim Holsoe |
MISTERIO
Aquella casa parecía construida al revés, unos tejados
fuertes y sólidos, unos ventanales amplios, contraventanas de madera, dos
torres a ambos lados de la fachada y unos cimientos llenos de aberturas que
daban la sensación de flotar sobre el suelo, a todos los habitantes de aquella
calle les parecía fantasmagórica y se acostumbraron a pasar por delante sin
mirarla, surgieron leyendas sobre su existencia y la de sus habitantes.
Un día, al salir
del colegio, los hermanos de Samuel quedaron perplejos, había una joven sentada
en la puerta de espaldas a la calle, no sabemos si pudo más la curiosidad o el
atractivo de aquel cabello largo y negro, se acercaron despacio y le
preguntaron: ¿vives aquí? Ella sin responder, abrió la puerta y les invitó a
entrar.
Allí, sobre la silla, quedó abierto un libro sin
título y con las páginas en blanco, mientras en la ventana del último piso una anciana
mujer sonreía.
"Mesita de noche", también participa
MESITA DE NOCHE
En la mesita
de noche siempre quedaba apoyado un libro. No duraba mucho, todo lo más una
semana, por lo tanto, los mundos que visitaba aquella mujer a través de la
lectura eran diversos y casi siempre placenteros. Por supuesto había modas
pasajeras, libros románticos, históricos, policiacos o de suspense, pero los
que más disfrutaba eran los que hablaban de personajes como ella. María era una
mujer sencilla, vestía casi siempre pantalón vaquero y blusa, le favorecía
claramente el color verde, por sus ojos, su media melena algo revuelta le
infería un aspecto culto y juvenil, ya comenzaba a usar gafas por el cansancio,
que achacaba a su vida lectora, pero no le importaba. Pero ahora una frase
leída en su última adquisición la mantenía en vilo:
“He roto tu silencio por que habito dentro de ti…”
"Juicio Inicial", da comienzo a la última tanda de microrrelatos
Juicio Inicial
Hechas las diligencias previas, llegó el día del juicio. El fiscal
comenzó su interrogatorio a Eva Mater. ¿No es cierto, señorita Mater, que
prometió al señor Adán Pater acceder a sus deseos de boda, si mordía la manzana
prohibida? Un tímido, pero pícaro sí salió de los labios de la mujer.
El fiscal sonrió y no hizo más preguntas. El abogado defensor, sentado
junto a Adán, agachó la cabeza. El juez, moviendo su gran ojo dentro del
triángulo, emitió el veredicto vociferando: Eva
y Adán, por la Ley Divina, os declaro culpables de desobediencia y os condeno a
la pútrida humanidad. Seréis expulsados más allá del riachuelo de las fieras.
El fiscal reía envuelto en olor a azufre. Los profetas, como balas,
abandonaban la sala para registrar concienzudamente todo lo sucedido en sus
libros. Adán, escondido y ruborizado, se tapaba sus estrenadas vergüenzas.
Eva, frente al juez, inauguraba la sensualidad al cruzar sus piernas.
viernes, 4 de enero de 2019
"Junto a la ventana", es otro más a concurso
JUNTO
A LA VENTANA
Junto a la ventana, como
todas las tardes, la mujer esperaba ansiosa la llegada de su hijo con el libro
entre las manos.
Ya apenas recordaba nada sobre su vida pasada y sólo era
capaz de repetir algunas rutinas. Aguardar la visita del hijo era una de ellas.
La infancia de ella, la de él, sus vivencias en tierras
lejanas, sus amigos de los años felices, sus padres y hermanos… Todos estos
recuerdos los evocaba uno y otro día el hijo a la madre para que no los
perdiera del todo.
Aquella tarde, él comenzó a leer el poema que, desde
hacía varios meses, ella le pedía con insistencia que lo hiciera:
“Por
el cinco de enero,
cada
enero ponía…”
-Mañana será tu cumpleaños, –lo interrumpió-.
Sorprendido, el hijo levantó la vista y vio rodar las
lágrimas por el añoso rostro de su madre. Se fundieron en un largo abrazo sin
más palabras.
"Her favourite book"; siguen llegando relatos
HER FAVOURITE BOOK
Pero,
el principio no le sedujo. De hecho, abandonó enseguida su lectura. Dos frases
desafortunadas y un párrafo inconveniente le provocaron desilusión y desánimo.
Tras
veinte o veinticinco libros, en Literatura
Romántica Inglesa, acompañada de Jane Austen, volvió a descubrirlo. Y,
mientras leía Poesía Provenzal de Amor
Cortés, decidió ojearlo.
Diez hojas después, llegó a la conclusión de
que le gustaba, pero, tal vez, no era el momento de leerlo.
Todavía, no.
Volvió
a dejarlo en Novela Realista Francesa.
Cincuenta
volúmenes más tarde, en la sección de Filosofía,
recordó vagamente algunas de sus páginas, aquellas que le habían hecho esbozar
una sonrisa a destiempo…hacía… ¿cuánto?... ¿setenta y cinco libros?
Entonces…
…lo
reconoció…y decidió buscarlo.
Lo
leería con pasión cada noche, sin dejarse ni una página sin tocar, hasta
arrancarle sus mejores palabras.
Y él
sería para siempre su libro favorito.
jueves, 3 de enero de 2019
"Su libro", otro relato más a concurso
Les vers d'Adonis |
Solo tenía un libro, lo guardaba
celosamente en una caja de galletas
que era de latón y llevaba dibujados
unos gatitos en su tapa.
Le encantó cuando se la regalaron, las galletas
eran de chocolate .
Todas las noches, desde hacía más de 10 años,
cuando se iba a la cama
encendía su flexo que era de color rosa
y repasaba lentamente su tesoro como si lo
observara por primera vez.
El texto era reducido, las letras grandes,
tenía muchos dibujos de vivos colores,
su preferido era el de una mujer que miraba
con mucho cariño al niño que mecía en sus
brazos , ella estaba segura de que le estaba
cantando una nana.
Siempre pensaba que era su mamá y
con este pensamiento conciliaba el sueño .
Soñaba con poder leer, pero su mochila genética
llevaba una sobrecarga, a su pareja 21
le sobraba un cromosoma.
miércoles, 2 de enero de 2019
Otro relato más: "El influjo secreto"
EL INFLUJO SECRETO
En el dominio bético, en su sierra
formada por bloques de calizas, en sus cuevas y abrigos, en su río
Thader que a veces parece el río Nilo, en sus tejados puertas y postigos
venerables; en el bullicio del mercado y en el silencio inaprensible del
convento; en la cara de la gente, en la carrera contra el cáncer; las mujeres
andarinas, los coches, los patinetes, el vendedor de arrope; en los belenes, las
bandas musicales y las bombillas del árbol navideño; en la Lonja y en el
quiosco de la plaza de San Sebastián, en la frente y en la lengua de las
jóvenes que pasan; y al fin, tras su puerta de cristal, en el reposo de los
estantes, también está el influjo secreto, sutil y poderoso de un
libro, donde encontrar el hallazgo afortunado de un buen amigo.
Obra fuera de Concurso: "Diálogo de suricatos"
Al igual que ocurre en grandes festivales de cine como la Berlinale, Venecia o Cannes, inauguramos en nuestro concurso la sección no oficial, con este relato que, por cuestiones de extensión, queda fuera de la votación pero no fuera del placer de que todos y todas lo leamos.
DIÁLOGOS
DE SURICATOS
(Miniobra
de teatro en solo acto)
(La
acción transcurre durante la siesta. Ginger y Fred, una pareja de suricatos,
están tumbados en sus hamacas dentro de su coqueta madriguera del Loro Parque
en el Puerto de la Cruz, Tenerife)
GINGER: Fred, si
frotásemos la cáscara de ese plátano y saliese un genio, como el de Aladino,
¿qué tres deseos le pedirías?
FRED: A ver…El primero,
que nos trasladase a los dos al hotel de suricatos VIP de Varadero y que nos instalase en la
mejor suite, con pulseras “todo
incluido” y muchas fichas para jugar a
la ruleta. Sabes que me encanta. Luego le pediría una limusina color verde
pistacho con un chófer disponible las 24 horas y, por último, no perder nunca
mi potencia sexual para disfrutar contigo toda la vida. ¿Y tú?
GINGER: Pues yo, lo
primero ser mujer y disponer de una inmensa biblioteca para leer todos los
libros que quisiera. Luego, poder participar en la Windsurf Cup de Fuerteventura
y ganarla, naturalmente. Y después, llevarme el Rosco de Pasapalabra.
FRED: ¿No preferirías ir
a Saber y ganar, que es de más nivel?
GINGER: ¡Ay no! Me gusta
mucho más Christian Gálvez que Jordi Hurtado.
(En
ese momento, los ojos de Fred se llenan de lágrimas y estalla en sollozos)
GINGER: (Asustada) ¿Qué te ocurre, mi amor? ¿Por
qué te has puesto tan triste?
FRED: (Sollozando) Es que veo que me has
dejado completamente fuera de tus planes y de tu vida…
GINGER: (Con tristeza) Ya… Pero me encantaría
ser mujer y poder salir a pasear, a divertirme o a hacer deporte cuando y
donde yo quisiera y regresar sana y
salva a casa siempre... ¡Sería una pasada!
FRED: Claro…Pero eso
supone más de tres deseos…
GINGER: (Conciliadora) Vale… Pues entonces, sólo
le pediría ese. En realidad, eso es todo lo que deseo.