lunes, 7 de enero de 2019

"Silencio"


SILENCIO


Mujer leyendo de Matisse
  Silencio. No. Nunca hay silencio. El silencio es interior, personal y único. Todo son ruidos, nuestra estruendosa vida. Shhhhhhh¡¡ Callad malditos. Apagad vuestros vehículos, aspiradoras, televisores, cadenas musicales… ¡¡Silencio!! Alejad de mí vuestros gritos irredentos, palabras las más de las veces sin sentido, conversaciones inocuas.
   Tras el cristal de la segunda ventana de un edificio de primeros de siglo, ventana con marco de madera, bisagras cien veces engrasadas que enmascaran un leve crujido de agotamiento, los mortecinos ruidos de la ciudad llegan apagados, pero continuos. Un claxon reclama su paso por la vía; unos verdecillos trinan en revoloteo amoroso; unos niños gritan sus juegos en el parque mientras una pareja frotan sus labios en un beso infinitamente ruidoso; el traqueteo del metro retumba en sus oídos; una hoja desciende desde su rama rasgando el aire…
   Silencio. Nunca hay silencio. No. Piensa la mujer manteniendo amorosamente un libro en su regazo.

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