viernes, 17 de enero de 2020

Acta del V Certamen de microrrelatos "La garrapata budista"

Las tres ganadoras de la V edición del Certamen
de microrrelatos "La garrapata budista"
Siendo las 17:30 horas del viernes 17 de enero de 2020 se reúnen, en la Librería Códex de Orihuela, los integrantes del Club de Lectura de la Biblioteca Pública "Fernando de Loaces" para dirimir los microrrelatos ganadores del V Certamen de microrrelatos "La garrapata budista". A esta edición se han presentado 23 relatos, lo que supone la edición con mayor número de relatos a concurso. Una vez leídos los 23 microrrelatos se realiza la votación entre los integrantes del club resultando el siguiente fallo:


  • En tercer lugar, con 20 puntos, el microrrelato "Revelación", cuya autora es Dña. Fuensanta Estremera Saura, premiado con un ejemplar del Premio Nacional de las Letras 2019, patrocinado por los integrantes del Club de Lectura.
  • En segundo lugar, con 20 puntos, el microrrelato "Cyborgamoroso", cuya autora es Dña. Josefina García Godoy, premiado con un ejemplar del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019, patrocinado por la Biblioteca Pública "Fernando de Loaces".
  • En primer lugar, con 24 puntos, el microrrelato "El último viaje de Ryan Goldschmidt" cuya autora es Dña. Luisa Pastor Martínez, premiado con un ejemplar de la Premio Nobel de Literatura 2018, patrocinado por la Librería Códex.
Siendo las 19:00 horas se levanta la sesión de esta V edición del Certamen de microrrelatos "La garrapata budista".


lunes, 13 de enero de 2020

El último viaje de Ryan Goldschmidt

Bendije su humedad, bendije su tigre, 
                                                                                                                                                        bendije el agujero de luz, 
                                                                                                                                                        bendije mi viejo cuerpo doliente 

                                                                                                                                            J.L. Borges
                                                                                                                               

El último viaje de Ryan Goldschmidt


El jaguar es, como yo, un animal solitario. El veterano biólogo Ryan Goldschmidt insistía en esa idea mientras recorría en una barcaza las ocres aguas del Pantanal. Había cifrado sus esperanzas en un ejemplar negro al que llamaba Mr. Night, pero tras un tiempo de observación, sobrevino el desaliento. “Da más una cauchera de alambre”, se decía a sí mismo con fingida resignación. 

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Jaguar negro, Anónimo
Los caimanes paseaban tranquilamente ante la vista impertérrita y soñadora de Mr. Night. No cazaba.  Tampoco se sentía llamado a fecundar a las hembras, que trataban de provocarle con solícitas vocalizaciones. No luchaba por reivindicar, siquiera, su territorialidad.

En definitiva, Goldschmidt no tenía nada, salvo la contemplación de ese felino de bruñido pelaje que, tumbado en la floresta, al margen de todos los ciclos vitales que se orquestaban en el humedal, parecía haber caído en ese ensimismamiento imperdonable con que desde tiempos inmemoriales las divinidades ignoran los sueños de los hombres.
                                        


Y el 22 es..."Cara de sardina"

Cara de sardina

Resultado de imagen de cara de sardina óleo“Está prohibido fumar en el edificio señorita Tramell. 
- ¿Y qué va a hacer? arrestarme por fumar.”

Catherine Tramell


No tuvimos tiempo de evitarlo, Señoría – decía George, arrepentido como un monaguillo travieso ante las miradas severas del tribunal – . Entiéndalo, nadie nos previno contra ella. Sí, nos dijeron que era guapa, rubia, de ojos azules… pero nadie nos habló de sus piernas, ni de ese vestido blanco ajustado. Creo que sus muslos hablaban en cada movimiento, en cada delicado roce de uno contra otro… Y – se lo juro – casi nos llamaban cuando comenzó a separarlas y atisbamos que debajo del vestido no llevaba…. Así que entenderá que al oír gritar corten al director, no pudiésemos evitar ponernos violentos, - Michael fue quien más le atizó - porque fue entonces, al cerrar sus piernas como si fuesen un paraguas, y abandonar la sala, cuando a todos nos quedó cuerpo de alambre y cara de sardina, esa misma, que al ver de nuevo la escena, puedo ver en su rostro, Señoría .

La huída, supone el 21


LA HUIDA

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Honeymoon bay, Tasmania
  Te escribo desde la costa, en una playa remota bañada por el mar de Tasmania, un mar enorme que empequeñece nuestro lago Santa Lucía. Ya no estoy en el campamento, se acabó mi retiro espiritual. No te enfades, necesitaba meditar, pero no valía la pena irse tan lejos, ni pagar un pasaje tan caro para tanto sufrimiento como he padecido. Así que me fui corriendo de la misión hace tiempo, me escapé. Sí, me escapé hecho un loco, sin saber a dónde dirigirme porque el ambiente se había vuelto insoportable. Todo lo veía negro. No podía respirar ni ver los árboles, el sol, las nubes… y hasta los juncos, siempre verdes, parecían alambres al rojo vivo. Ahora estoy en una playa reponiéndome con otros que vinieron antes. Son enormes, pero les caen bien los suricatos y me tratan con amor. 
PD. Besos de mis nuevos amigos: el  inquieto Canguro y el Koala sediento

Y con este veinte: "Cuento conjetural de los trece pasos"

CUENTO CONJETURAL DE LOS TRECE PASOS

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Cuchillo, de Fernández Hurtado
Empuño el cuchillo ensangrentado. Yo que, ironías del destino, siempre había sido una pacifista, contraria a los alambres de púas y a las metralletas. Lo sujeto asombrada por lo que está ocurriendo; yo, que siempre había creído en mi marido, en este hombre atractivo que me mira ahora con sus ojos azules desde lo más recóndito de su subconsciente, yo, que lo amé  hasta el mes pasado con un amor sincero, leal, ingenuo, demasiado ingenuo por lo que se ve, me enfrento a un dilema, a una pequeña interrogación infantilmente machacona. Vago por el pasillo calculando los pasos últimos, tres, cuatro, cinco…con el cuchillo filetero en la mano tras sacarlo de mi pecho, donde me lo ha clavado el guaperas desde lo más recóndito de su subconsciente; yo derrotada, sin esperanza ni temor, enfrentada a mi destino final, sé que mi tiempo se acaba…doce, trece pasos y muero.

El 19: ¿QUIÉN O QUÉ SOY?

¿QUIÉN O QUÉ SOY?

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Pastel al óleo, de Josefina Young
   Mortecina, la luz se aleja hacia el ocaso del día. El tiempo arrastra los recuerdos hacia el sumidero del olvido. Ya no recuerdo quién fui. Supongo que sería como los que busco para alimentarme, como los que huelo a lo lejos y no alcanzo. Aún, en mi retina, hay una imagen latente, viva, es una niña, rubia, con trenzas acabadas en un lazo amarillo, sus ojos color canela, su piel rosada y tersa, viste con vaqueros y camiseta rosa con un gran slogan que reza “Turn up the volumen”…
   Tengo hambre, mucha hambre. Cada vez mi comida está más cerca, la huelo. He de mantenerme en silencio y alerta. Quiero comer, volver a llenar mi nauseabunda boca de carne fresca y roja, de vísceras y sangre… La niña espantada grita y mira mis pies, sonríe maliciosa tras su pelo rubio con lazos amarillos…un alambre rodea mis tobillos y soy incapaz de alcanzarla. Risas estridentes…Hambre.

El 18, con título laaargo:PASARELA DE DELGADO ALAMBRE SIN TIEMPO PARA SENTIR LA PRESENCIA DE LO MÁS VENIAL


PASARELA DE DELGADO ALAMBRE SIN TIEMPO PARA SENTIR LA PRESENCIA DE LO MÁS VENIAL

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Pasarela, de Pere Clapera
¡Chicas! ¡A la pasarela!
Carreras entre bambalinas para alinearse, últimos retoques y aparecer en escena. Los nervios recogidos en el primer paso, firme. Cabeza alta. No. Mejor. Altiva. Mirada al frente, como perdida, como si estuvieras de vuelta de todo, como si no existieras más que tú, como si el mundo fuese vasallo de tus pasos. Llevas un vestido vaporoso color canela, que decide por su cuenta bailar al son del espectáculo de luz y sonido que te acompaña. Aplausos. Media vuelta, con sutileza y garbo, sin prisas y regreso  a los camerinos. Todo va según lo previsto. De repente, la voz de un niño se alza y grita: ¡Chica de alambre!

Un traspiés, una mirada de odio… y tiempo. Tiempo para restañar con olvido la hiriente verdad de un niño…de alambre.



jueves, 9 de enero de 2020

"Te lo dije", sigue aumentando el número de relatos a concurso

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La taza de café (naturaleza muerta) de Olivier Desvaux
TE LO DIJE

Te lo dije. Y no me hiciste caso. Te lo dije. Y no escuchaste. Te lo dije. Y miraste a otro lado. Te lo dije. E hiciste oídos sordos. Te lo dije. Y pasaste de mí. Te lo dije. Y solo tuve tu silencio. Te lo dije. Y no lo esperabas. Te lo dije. Y continuaste hablando. Te lo dije. Y tus ojos me amenazaron. Te lo dije. Y caminabas sin detenerte. Te lo dije. Y susurraste algo incomprensible. Te lo dije. Y agachaste la cabeza. Te lo dije mientras sorbías elegantemente el último té rojo muy caliente que te preparé con todo el amor del mundo mientras el fino alambre de la aguja del minutero marcaba un tiempo ya pasado e irrecuperable que solos tú y yo paladeábamos en nuestro rincón del mundo esperando el más bello atardecer.

Café - teatro es el 16 de esta edición

Rey del pop en Café teatro Óleo Lienzo Otros
Rey del pop en Café - teatro  de Mª del Camino Yugueros
CAFÉ - TEATRO

Echado en el catre del calabozo, tienes tiempo para repasar los acontecimientos de esta peculiar noche que has vivido: la invitación de tu novia y de tu socio de bufete a un café – teatro; una vez allí, el reparto de boletos para participar en la representación de turno, que hoy recrea un juicio; tu actuación, que realizas con verdadero oficio, como acusado, primero, y condenado, después, por negocios turbios; tu salida del café, esposado con unos alambres más rígidos de lo esperable; tu sorpresa, al ver que te meten en una furgoneta y que te llevan a comisaría; y, lo más raro, la llamada telefónica (la única que te permiten hacer), a tu socio, que, relajadamente, te dice que todo es un error mientras de fondo se oye una risa, jocosa, desaforada, idéntica a aquella que tú provocas en tu novia cuando os entregáis al goce de vuestros cuerpos desnudos.

miércoles, 8 de enero de 2020

"El tallo" es la niña bonita del concurso, el número 15.

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Gerberas al óleo, de José Ruiz
EL TALLO

¿Como mantenerlas erguidas el mayor tiempo
posible? ….. pensaba mientras ponía un hermoso
ramo de flores en un jarrón de vidrio.

Tenemos flores durante todo el año, pero el milagro
 sucede en primavera; mis flores preferidas
son las anémonas, las rosas, los Iris y las gerberas.

La alegría y el impacto que me producen es
indescriptible ..….. pero al mismo tiempo me plantean la
 fugacidad de la belleza y de la vida; intentando abundar
 en este pensamiento he decido contemplarlas, más
 lentamente, para impregnar con intensidad mi retina
de esta fantástica explosión de colores.

Necesitaría un soporte moldeable, firme y que
tras un suave baño de color verde, simule una delicada
 enredadera; un fino alambre que sustente el tallo podría ser
ser la solución, aunque sería transitoria.

Y .... ¿En qué puntal se apoyaría la vida, el tiempo trascendente, para
una mayor posibilidad de prolongar su disfrute?
… en el amor, la amistad, la música, los libros...las flores?

miércoles, 1 de enero de 2020

"Riada" es el catorce


RIADA
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La riada del Segura, de A. Muñoz Degraín
Ya están aquí otra vez esos hijos de perra. Merodean sin descanso por los límites de mi propiedad, se acercan a la valla de alambre con el pretexto de que son voluntarios y desean ayudarme. Desde que el agua arrasó el Palmeral, inundando nuestras casas, destrozando nuestros bienes, los vecinos no han parado de acosarme. Son inmunes al desaliento… como cuando me preguntaban por María. Pero no conseguirán su propósito: no van a limpiar mi casa, no sacarán al camino polvoriento una montaña de electrodomésticos herrumbrosos, ni de muebles enmohecidos. No van a levantar los pedazos de barro seco que cubren mi jardín, como gigantescas piezas de un puzzle interminable. No van a recoger los restos de la piscina prefabricada, ni curiosear debajo del césped artificial… porque allí, entre las lombrices y los caracoles, envuelto en una colcha de ganchillo que el tiempo habrá convertido en un amasijo putrefacto, está escondido el maldito cadáver de María.

"¿Y ahora qué?", el 12 + 1

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Las llaves del cielo, de Felipe San Pedro

¿Y AHORA QUÉ?
En estos tiempos las mujeres nos estábamos liberando, o eso es lo que yo pensaba hasta ahora. Y si no, mira lo que me ha pasado al final de todo. La auxiliar ha voceado mi nombre y he recorrido la distancia desde la sala de espera hasta la Puerta. De pronto, horrorizada, he dado marcha atrás empujada por un impulso irrefrenable. El caso es que llevaba mucho tiempo esperando en la sala, quieta en la silla, hierática y derrumbada como una ruina, dispuesta a admitir lo evidente: que desde hace mucho he sido una chica de alambre a quien la buena vida de desfases, de vino, rosas y spedd la ha llevado a este desenlace fatal, de forma prematura. Y deliberada, añadiría. Pero cuando he leído el rótulo de la Puerta me he negado en redondo a entrar. Negro sobre blanco bajo una marca de agua con formas de llaves: “San Pedro”

"Tardes de café y música; tardes de corazón" es el 12


TARDES DE CAFÉ Y MÚSICA; TARDES DE CORAZÓN.
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Río Segura con la sierra, de Marisa Moya

Nadie dudaría hablar de la brevedad de la existencia.
Quien sueña… ¡vuela!
¡Qué curiosidad una casa metida en pura sierra oriolana!
Recuerdo, un grupo de personas cuyos rostros expresaban bondad y desorientación.
Acogidos como una piña y todos miraban hacia el mismo lado:
Esperanza, cambio de vida.
Aplaudían y soñaban con las canciones de un ser querido, prisionero de mi corazón y carne.
Pasó la tarde, pasó el tiempo. Todos dispuestos a comenzar…
Después de un gran paréntesis, Popa, aquel hombre huyendo con su bicicleta al infinito, aquel rostro alcoholizado…
Todos los lunes me espera para leer y escribir.
Su rostro luce sonrisa, sus ojos brillan lejos de aquel alambre cruzado en su pecho.
Ahora, abraza la tierra.
Ahora, su sonrisa brilla como el Sol.


"El fin de las despedidas", relato número 11

Ferrocarril, de Adriana Berges
EL FIN DE LAS DESPEDIDAS

Cuando el dolor llama al levantarte, explotando desde lo más íntimo de tu corazón, un gran llanto, un gran estallido.
Y cuando a través del misterio, surges de nuevo y revives al momento, surge un magnetismo atrayente acompañado de ilusión, de amor.
Todavía estoy en el tren de las despedidas… ¡que se haga largo, muy largo, hasta que estemos preparados!
¿Cómo abandonar el fruto de tu amor?
¿Cómo olvidar un tiempo soñado?
La fuerza de un alambre cubre mi cuerpo, y ansío la gran necesidad de desprenderme.
El todo, el amor.  La nada, la ignorancia.
Toquemos la estremecedora conciencia, vayamos al abrazo de la sonrisa y belleza.