viernes, 31 de diciembre de 2021

"Anquises" es el décimo microrrelato

"Arrastras los pies pero yo puedo contigo
y te llevo a la espalda
hasta el final de la vida."
Olga Novo

ANQUISES

Fue su padre quien la acostumbró a beber Martini con fresas, sujetando la copa ípsilon con la sutileza de un Apolo. Fue también su padre quien insistió en llamarla Irene. Por su madre, hubiera sido Crescencia o Cástula, pero él insistió en atenuar el árido castellano del -ejo final de su apellido, tan opuesto a la dulzura que Valle susurraba en la primera parte. Fue su padre, el primero que puso entre sus manos aquel libro escrito por un ciego sobre Cíclopes, lestrigones y magas que convertían en cerdos a tripulaciones enteras. Por eso, ahora, pasados los años, al coger de su cama las ruinas doloridas del cuerpo de su padre y sentarlo en la silla de ruedas, ella pensaba en Anquises. Cansada, se sentía como Eneas, queriendo salvar al venerable anciano de las llamas y trasladarlo, a través de procelosos mares, a una nueva Roma donde fundar una gloriosa e inmortal estirpe de emperadores.


jueves, 30 de diciembre de 2021

"Princesa", también compite...

 

PRINCESA

Rita, vestida para la ocasión, con su bolso de piel marrón, sus zapatos de tacón y el qipao iridiscente que su madre le había cosido, se pinta la boquita de fresa y sale  a la calle deseando hacer realidad el sueño de su vida. Decidida, se dirige hacia el Gran Hotel al casting para un anuncio de Martini. Su madre quiere que su princesa  se convierta en la reina del papel couché para que no tenga que estar cosiendo y planchando para las señoras del barrio como ella. Con el hermoso vestido ajustado y el pelo recogido, puso en valor todos sus encantos. Ya se veía como una celebrity. No contaba con las proposiciones deshonestas del productor que, por supuesto, rechazó con rabia y gran coraje. De vuelta a casa se decía:” Una suricata como yo no pierde la dignidad así como así con un tipo de esa calaña. Yo siempre con la cabeza bien alta”.       


"La narradora de historias" nuevo relato.


 LA NARRADORA DE HISTORIAS

Ella  me contaba historias con frecuencia y se sabía tantas que nunca se agotaban, historias verdaderas e inventadas, alegres y crueles, cómicas y tristísimas, historias completas que parecían grandes y luego eran pequeñas, porque formaban parte de una historia mayor, de una historia infinita…la historia de la sabiduría popular y de la curiosidad, la historia del conocimiento, la historia que quien sabe mucho de la vida entrega a quien apenas sabe nada para que, en lugar de dividirse y olvidarse, crezca más y viva siempre.

Pero sobre todo me enseñó con sus historias un camino, un destino, una forma de mirar al mundo y que las preguntas verdaderamente importantes son siempre más importantes que cualquiera de sus respuestas.

Al final de su vida, logré que mi abuela disfrutara tomando Martini conmigo al comienzo de sus historias pero ella me enseñó también que las fresas le dan un toque especial.



viernes, 24 de diciembre de 2021

"Martini es poesía". Microrrelato a concurso con sabor a poesía


 MARTINI ES POESÍA

Estoy con mi amiga L. tomando un Martini con fresas deshidratadas porque, según ella, le dan un toque especial. 

Es poeta con una gran sensibilidad. Me confiesa que, tras una fuerte crisis personal, se entregó a la poesía como un náufrago exhausto que divisa una línea de tierra firme. La poesía fue para ella el mar y la isla, la marea y el tronco salvador, fue la arena dorada, el sol y la sombra de las palmeras…La poesía lo tiene todo, continúa. Tiene la belleza, la pureza, la música, tiene las imágenes, la palabra pronunciada, la libertad y tiene la capacidad de conmover y de dejar entrever el infinito interior de cada uno. L. posee el equilibrio de las brasas que tranquilizan, que quitan el frío, que te devuelven las ganas de reír, y de tomar vermut, y de que llegue el verano, o el otoño o lo que tenga que llegar… ¡Qué bien estoy con ella!


lunes, 20 de diciembre de 2021

Y también, "La edad de la inocencia"

  LA EDAD DE LA INOCENCIA

Le llamábamos “El Martini” porque estaba buenísimo. Una insólita conjunción astral provocó  que se fijara en mí y me invitara al cine. Fuimos a ver “El último  tango en París”,  del maestro Bertolucci, (que por fin  estrenaban en España). En la oscuridad de la sala,  mientras yo analizaba la crisis autodestructiva del protagonista, símbolo de una burguesía decadente, “El Martini” emprendió una expansión desproporcionada de sus miembros. Se abalanzó sobre mí,  aprisionándome como un calamar gigante de las profundidades.   Me levanté indignada y escapé del cine dejando que aquel impresentable disfrutara  del film en solitario. Después conté a mis amigas que su falta de respeto hacia el cine de autor había  precipitado nuestra ruptura. Ellas aplaudieron mi decisión con una chispa de regocijo en sus miradas. Fui coherente, sin duda, pero a veces, al recordar aquellos días de vino y rosas,   me arrepiento de no haber saboreado las fresas salvajes que un destino propicio me sirvió en bandeja de plata.

"Malditas fresas", nuevo microrrelato a concurso



MALDITAS FRESAS

Estaba oscureciendo en el puerto cuando el ferry procedente de España hizo su entrada. Ella había ido a esperar a su madre que regresaba de la campaña de la fresa para afrontar los gastos de la boda de su hermana cuyo matrimonio había sido pactado por el padre con un pariente mayor.

 Al fundirse en un abrazo con su hija no pudo contener unas lágrimas mezcla de dolor y alegría. ¿Qué ha pasado mamá? ¿Ha sido otra vez ese tío, el maldito cabrón del capataz, que tanto le gusta pisotear a la gente? Sí. Todos los días con la misma cantinela: que si estás para comerte, mueve el culo nena, cuando quieras… Ya no vuelvo más.

Pues lo tenías que haber denunciado y que hubiera intervenido la justicia. Eso es acoso.

Hija, el mundo que sueñas de justicia y libertad donde poder tomarte un Martini si te apetece no existe. Pues el tuyo no lo quiero, contestó ella.       

martes, 14 de diciembre de 2021

Nuevo relato a concurso: "El miedo a que tu mente te juegue una mala pasada"

 

El miedo a que tu mente te juegue una mala pasada 

El miedo a que su mente le jugase una mala pasada e hiciese que se le olvidaran los recuerdos que llegó a acumular en su vida ha hecho que no dejase de buscar formas para poder ayudarla. Querer guardar todo en su mente es una misión imposible. 

Detener el tiempo solo pasa en el cine, había que buscar una fórmula para que le ayudase a poder retener todos esos recuerdos. Buscó, buscó y rebuscó y al final la encontró. Detener el tiempo para ella sería fácil, solo tenía que sentarse con un Martini con canela y corteza de naranja en una mano y unas fresas frescas y rojas carmesí en la otra. Y mirando ese reloj sin agujas que guardaba como un tesoro haría que disfrutase de todas esas sensaciones que siempre estarían guardadas en su mente. 

Ese momento de placer haría que la hiciesen recordarlas cada vez que ella quisiera.


martes, 7 de diciembre de 2021

Y el tercero: "El espejo de sus penas"


 EL ESPEJO DE SUS PENAS

Cuando cocina le gusta hacerlo con música de fondo y siempre que escucha al Kanka cantar “La vida es una mañana hermosa, el alma de la rosa, la cocaína y el puré “,… ella añade y un Martini con unas gotas de angostura…

Hoy, para su madre, está elaborando una tarta. Ha preparado la masa quebrada con harina y mantequilla y la crema pastelera con un toque de canela. Con las fresas va dibujando círculos como si fueran los anillos de su vida. Extiende cuidadosamente la gelatina y cada corazón rojo se va transformando en un espejo donde  puede leer su historia salpicada de penas y alegrías. ¡Cuánto sufrimiento y cuántos sacrificios por esos campos para que ella saliera adelante y tuviera una vida mejor!

Del libro “Las gratitudes” ha aprendido que no hay que dejar pasar el tiempo para dar las  gracias. Con decisión, coge la manga pastelera y con nata escribe: Muchas gracias por todo, mamá.

Segundo microrrelato: "Adiós, muñeca"

ADIÓS, MUÑECA

Aquella rubia llamaba la atención más que una araña en una tarta de nata. Me senté a su lado, en la barra del “Fresa’s”, un garito de Chinatown donde malgastaba los días de asueto machacándome el hígado con amarga delectación. La invite a todos los Martinis que quiso y pudo tomar, porque me gustaban sus labios entreabiertos cargados de promesas y el juego de sus manos descansando levemente en mis rodillas. Cuando le propuse compartir lo que quedaba de noche en un hotel, se quitó un guante y me enseñó el anillo de compromiso que adornaba su dedo y su futuro. No me gustan esa clase de problemas. Se marchó sola, contoneándose, embutida en terciopelo azul. Ni siquiera se volvió para mirarme y rubricar con un guiño el melancólico instante de la despedida.Sentí una punzada dolorosa y me llevé la mano al pecho. Entonces comprobé, sobrecogido, que aquella rubia fatal me había robado el corazón y la cartera.

lunes, 6 de diciembre de 2021

Las mujeres de mi casa. Primer microrrelato a concurso

 Parecía que no iba a llegar, pero aquí está el primer microrrelato a concurso de esta séptima edición. A leer...

LAS MUJERES DE MI CASA

          Las mujeres de mi casa eran ángeles sin alas que la llenaban,  hacían y deshacían. Eran invisibles, siempre  a la sombra y al servicio del marido, los hermanos, los hijos…Les quitaron la luz para que el centro de atención fueran los hombres. Se encargaban de todo y podían con todo.

Mi abuela y mi madre eran mujeres de campo, que  para ellas significaba trabajo duro, frío, lluvia, sol, y ningún poder sobre su propia vida. Obedecer, servir, dar. Siempre pendientes de los demás, no mirando nunca por ellas, siendo siempre las últimas…

Por eso, calladamente, lucharon por mí, por nosotras, para que brilláramos con nuestra propia luz y que nada nos ensombreciera. Para que fuéramos cultas e independientes y así poder vivir en nosotras la vida que no vivieron.

Anochece. Si empecé a recordarlas con un yogur de fresas, ahora brindaré por ellas con un Martini, porque se lo merecen, porque  al rememorarlas, mis queridas mujeres nunca mueren.