viernes, 27 de diciembre de 2019

Y llegamos al número diez: "La vida"


                                            “ LA VIDA…”
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Rural road, de Wonderful Gift

“La vida pende de un hilo…”, decía la profesora de español en el antiguo colegio de Malabo y explicaba aquella expresión incomprensible para niños de la Guinea, acostumbrados a correr libremente por la bahía o entre la vegetación selvática.
“La vida pende de un hilo…la vida pende de un hilo….la vida pende de un hilo…” pensó obsesivamente,  concentrado en su respiración entrecortada para no perder los nervios, agazapado en la oscuridad. Cien pares de ojos y  pies a la espera del salto definitivo: la liberación.
“La vida pende de…” ¿será verdad?...después de tantos meses de espera y penalidades, la vida se puede esfumar…?
 ¡YAA! ¡AHORA! ¡ES EL MOMENTO!
Los cien pares de piernas en marcha, al unísono, a toda velocidad, un objetivo….saltar, saltar al otro mundo…
La vida pende de un hilo o… de un alambre de espino, pensó al tiempo que su pierna se desgarraba en las concertinas. “¡ALTO! ¡ALTO AHÍ!

"Alambre y tiempo" es el noveno.


ALAMBRE Y TIEMPO

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Queriendo a solas, de Lola
Abrir aquella puerta gris, desvencijada, produjo un extraño efecto en su alma. Volver a aquel mundo congelado en el tiempo era volver a avivar las llamas en su interior. No estaba seguro de querer hacerlo. Entró, sin querer mirar ninguna estancia, se dirigió a la escueta escalerilla que subía al terrao. Al fin y al cabo, los episodios más importantes de su vida habían ocurrido allí.
Al salir, un sol cegador le recordó el día en que ella tendía sábanas blancas del barreño sobre los alambres y las sujetaba con pinzas de madera. El viento las enredaba entre sus piernas. Él se quedó pasmado contemplando la escena y supo que la amaría siempre...a su espalda, los palomos se arrullaban…
Ahora solo quedaban restos enredados  de los hexágonos de alambre del gallinero y de pintura vieja...ni siquiera las cuerdas del tendedero habían aguantado el peso del tiempo…¡ Cómo iba a aguantarlo su amor!



El octavo, con sabor al viejo Oeste: "La soga del diablo y la guerra de palabras"

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Postes con alambres de púas
                           LA SOGA DEL DIABLO Y LA GUERRA DE PALABRAS


                                      "Más liviano que el aire
                                              fuerte como el whisky
                                              y más barato que
                                              el polvo del camino"

Así rezaba el anuncio de Gates sobre su descubrimiento: el alambre de púas.
El grupo de ganaderos que se encontraba frente a él, no daba crédito. Desde que el presidente Lincoln había permitido que cualquiera pudiera reclamar como suyos 160 acres de tierra con solo trabajarla 5 años, la guerra entre granjeros y ganaderos se había desatado.
¡Esas praderas infinitas no podían ser cercadas!  Siempre el ganado se arreaba libremente y aplastaba los cercados, y ahora los granjeros podían apropiarse de  las tierras de las tribus nativas...¡llamarlas "suyas"! 
Ninguna tierra era de "nadie". Pero este nuevo invento se había hecho tan popular en poco tiempo, que había resuelto el problema. Los nuevos colonos levantaban cercas con esa "soga del diablo".
Había llegado al salvaje Oeste la propiedad privada.

Con ecos de película en su título, llega el séptimo relato. "Sin perdón"

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Cenicienta, de Loboutin

SIN PERDÓN

Encendió un último cigarrillo. La suave eclosión química en su paladar le infundió fuerzas.
            Ha llegado la hora de empuñar juntos el acero, se dijo para sí recordando a su madre. La tormenta de nieve. La casa a oscuras. El violento golpe de la puerta al abrirse. El escondite bajo la mesa camilla. Los gritos de su madre. El terror, el sufrimiento, la violencia. Los insultos del hombre. Los ladridos de Laika. El silencio. El llanto de días eternos. La soledad. El purgatorio de consultas de médicos y psicólogos. El juicio. La cita a ciegas por internet. Burundanga en la bebida de él… Ahora acabaría su tormento.
            Rendido a sus pies en el callejón, primero le introdujo el tacón de grueso alambre en un ojo, luego en el otro. Después lo clavó cuatro veces en su abdomen. El hombre empezó a desangrarse lentamente.
            Llamó a la policía y se entregó. El tiempo del odio había terminado.

domingo, 22 de diciembre de 2019

Sexto relato: El diploma

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Mujer con camisón en el jardín,
de Domingo Álvarez

EL DIPLOMA

Era una chica de buen ver muy alegre. Todos los días iba a la ciudad a estudiar. Llegó a oídos de su padre el rumor de que trabajaba en el alambre. Decidió investigar. Le siguió los pasos y comprobó que entraba en una casa que no era la academia. Al día siguiente se presentó allí y concertó una cita a ciegas. Tenía que ser con la chica morena de ojos grandes. En la habitación a oscuras, solo tardó el tiempo de cortarle un trozo del camisón de raso.
Juanita se quedó de piedra al ver aquella tela sobre la mesa del desayuno. Sintió el mismo terror que cuando era niña, escondida entre las chumberas, oía las atronadoras bombas caer sobre la ciudad portuaria. Deseó que la tierra se la tragara. Desde aquel día nunca más se supo qué fue de ella.
“Ahí tienes el diploma de tus estudios”, le dijo su padre por última vez.


jueves, 12 de diciembre de 2019

Y el quinto, "Cyborgamoroso"


CYBORGAMOROSO
Amor por las máquinas, de Boris Artzybasheff
Activando modo axiomático. Sé que eres sincera cuando me prometes amor casi eterno, que nuestra relación tendrá un brillante futuro y que pasaremos momentos inolvidables, llenos de de emociones y aventuras maravillosas. Nunca antes nadie ha podido ver algo tan singular. Eres entusiasta, diligente e interesante, práctica, alegre y divertida, con una memoria lógica, ordenada y casi ilimitada…Todo eso lo sé pero me cuesta hacerme a la idea. Así que, perdóname. Para los que son como yo, solo es posible el aquí y el ahora porque todos los después son dudosos, todos los futuros están apenas esbozados y son inciertos. Los hechos quedarán pero los momentos vividos intensamente se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
¿A quién se le ocurre que una máquina del tiempo tan espectacular y cibergaláctica como tú pueda declararse a un insignificante alambre como yo, aunque esté recubierto de tan holográfico y psicodélico aislante?

Nuevo relato a concurso: "El agujero"


EL AGUJERO
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Fotograma de la película, "30 años de oscuridad"
En el colegio me dicen que estoy más flaca que la sombra de un alambre. También que mi madre y yo somos unas desgraciadas por culpa de mi padre, un rojo que desapareció en el frente de Somosierra. Es verdad que estamos muy delgadas, no lo niego, pero no somos unas pordioseras, porque nuestra familia del pueblo nos manda, cada cierto tiempo, embutidos y hortalizas. Lo malo es que los chorizos y las morcillas desaparecen por un agujero que hay en el fondo del armario del dormitorio de mi madre, tapado con unas mantas que huelen a miseria y a humedad. A veces el agujero también se traga una naranja, un pedazo de pan y media botella de vino tinto que nos fían en la tienda de ultramarinos. Esas noches del agujero brota un resplandor suave y una voz susurrante tararea una canción antigua, una melodía familiar, que ilumina y alimenta nuestros hambrientos corazones.

martes, 10 de diciembre de 2019

Sigue la racha. Nuevo microrrelato: Revelación

REVELACIÓN


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Seat 600, de Moreno - Mata
 Ana está furiosa, no soporta a sus hermanos. Gritan, protestan, se pelean y vomitan, apretujados en el Seat 600. Aborrece a esos pequeños micos. Intenta concentrarse en el libro que sostiene en las rodillas. Lee: “Una mujer desesperada se arroja a los pies del victorioso Alejandro Magno. Le suplica que perdone a su marido, a su hijo y a su hermano, prisioneros en la batalla, condenados a muerte. Alejandro declara que solo libertará a uno. Pero ella deberá elegir al afortunado” Ana, pensativa, roza con la lengua el alambre de su aparato dental y continúa leyendo: “La mujer decide salvar a su hermano. Ante Alejandro, que la contempla atónito, explica que es su único hermano y ella es joven todavía, con el tiempo, podrá tener otro marido y otros hijos, pero sus padres fallecieron…Jamás tendrá otro hermano.” Ana medita. Intuye que esa historia, sorprendente y profunda, es el comienzo de una nueva forma de habitar su mundo.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Y el segundo, "Informe"


INFORME
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Agonía, de Max Beckmann
Yo oía su informe pero lo que estaba escuchando era tan horrible y tan grave que me quedé muerta y ya no entendía nada, me encontraba fuera de este mundo pero él seguía hablándome y su voz era tan aguda que parecía venir de otro planeta y me atravesaba el cerebro como un alambre fino. Después de esos instantes de sufrimiento y de dolor y ausencia oí como me decía: Tiene que ser fuerte pues así es la vida. Hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos pero vaya haciéndose a la idea de que a su marido le queda poco tiempo por vivir.
Después de este mazazo sólo me venían a la cabeza los momentos que pudieron haber sido felices y no lo fueron por mí, desaprovechando sus ganas de vivir. Y ahora ¿qué?


Primer microrrelato a concurso: "Tempus fugit", todo un clásico


TEMPUS FUGIT
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Reloj blando en el momento
 de la primera explosión,
de Salvador Dalí

Hace apenas nada, era una niña y ahora estoy en esa edad en que debería estar preparada por si me fuera de forma inesperada. Sin embargo, hago horóscopos y consulto cartas astrales intentando deducir cuándo me llegará el momento del tránsito.
Normalmente, tengo el televisor encendido en el canal del tiempo todo el día. Los frentes atmosféricos, acercándose inexorables, me acompañan. El avance de las corrientes de aire que han estado en París o el Caribe y las fotografías tomadas por los satélites me conmueven. Me hacen pensar que estamos abandonados a los planetas, que son los primeros que ven cómo nuestros actos se convierten en un leve temblor de fotones en movimiento hacia el cosmos infinito. Anochece. Los cristales reflejan el interior de la cocina, mi universo, llena de trastos.
Cada noche, al retirarme, dejo preparados un cepo de alambre junto a la puerta y un tablero de ajedrez. Nunca se sabe quién puede venir…

martes, 12 de noviembre de 2019

V Concurso de microrrelatos "La garrapata budista"

Como desde hace cinco años, vuelve el Concurso de microrrelatos de nuestro club, cuyas bases os paso a continuación. Como sabéis, el ganador de la edición anterior, Álvaro, era el encargado
de indicar las dos palabras obligatorias que han de contener los microrrelatos a concurso. Las bases son estas:


1.- Temática: Libre

2.- Participantes: Podrán participar todos aquellos que pertenezcan o hayan pertenecido a este club de lectura. Se premiarán tres obras. La participación en el concurso será gratuita e implica la aceptación de las presentes bases.
3.- Formato: Las obras tendrán una extensión máxima de 155 palabras (sin contar el título), escritas en castellano, en letra Times New Roman, tamaño 12 (formato Word). Obligatoriamente, los microrrelatos deberán contener las siguientes palabras:

TIEMPO / ALAMBRE 

Se admitirán un máximo de tres obras por participante.

4.- Forma de presentación: Mediante el envío como archivo adjunto o en el cuerpo del mensaje de los tres relatos a este mail

iesmirogabriel@gmail.com

No podrá enviarse ningún dato personal. Habrá que crear un email que no lleve ningún dato que identifique a la persona. Para ello, en los campos de nombre y apellidos, debéis poner palabras que no se relacionen con vosotros.


Ej: Nombre: Orihuela Apellidos: Murcia Lamurada


No habrá plica. Las obras se firmarán con un pseudónimo que no pueda relacionarse con la persona. Cuando se produzca el fallo del jurado, la persona que responda al pseudónimo del ganador deberá identificarse. Se evitará así que el receptor de los microrrelatos (o sea, yo) caiga en la tentación de mirar la plica y descubrir de quién es cada microrrelato antes de votar (Uno es humano). IMPORTANTE: CADA MIEMBRO DEL CLUB DEBE EVITAR QUE SE DESCUBRA CUÁL ES SU MICRORRELATO, A FIN DE CONSERVAR LA PUREZA DEL CONCURSO.


5.- Plazo de presentación: los trabajos deberán enviarse antes del 10 de enero de 2020.


6.- El jurado estará compuesto por los miembr@s del club de lectura. Cada miembro votará cinco microrrelatos, con una puntuación de 1 a 5 puntos, siendo 5 el que más ha gustado y 1 el que menos. La votación se llevará a cabo una vez que el plazo de entrega haya finalizado. El periodo de votación será de 15 días desde ese momento. Aquel microrrelato que obtenga más puntuación será el ganador.
Cada participante no podrá votarse a sí mismo.


7.- El fallo del jurado será inapelable.


8.- Premios: Un ejemplar de la autora o autor ganador del premio Nobel en 2019, para el microrrelato más votado (Patrocinado por Librería Códex). Un ejemplar de la autora o autor ganador del premio Príncipe de Asturias de las Letras 2019 (Patrocinado por la Biblioteca Fernando de Loaces), para el segundo microrrelato más votado. Un ejemplar de la autora o autor ganador del premio Nacional de las letras 2019 (Patrocinado por el Club de Lectura), para el tercer microrrelato más votado.

9.-Aceptación de las bases: La participación en el Concurso implica su aceptación plena.

lunes, 14 de enero de 2019

Los tres relatos ganadores

Aquí tenéis los tres relatos ganadores del IV concurso de nuestro club:

Primer Premio: "Juicio inicial". Autor: Álvaro Giménez García

Hechas las diligencias previas, llegó el día del juicio. El fiscal comenzó su interrogatorio a Eva Mater. ¿No es cierto, señorita Mater, que prometió al señor Adán Pater acceder a sus deseos de boda, si mordía la manzana prohibida? Un tímido, pero pícaro sí salió de los labios de la mujer.
El fiscal sonrió y no hizo más preguntas. El abogado defensor, sentado junto a Adán, agachó la cabeza. El juez, moviendo su gran ojo dentro del triángulo, emitió el veredicto vociferando: Eva y Adán, por la Ley Divina, os declaro culpables de desobediencia y os condeno a la pútrida humanidad. Seréis expulsados más allá del riachuelo de las fieras.
El fiscal reía envuelto en olor a azufre. Los profetas, como balas, abandonaban la sala para registrar concienzudamente todo lo sucedido en sus libros. Adán, escondido y ruborizado, se tapaba sus estrenadas vergüenzas.
Eva, frente al juez, inauguraba la sensualidad al cruzar sus piernas.

Segundo premio: "Interestelar". Autora: Josefina García Godoy

Regreso a la Tierra desde un planeta remoto de la constelación de Orión, acusada de ser una mujer  Nexus 6 y, por ello, sentenciada a muerte. Me someterán a la prueba de los recuerdos; los terrestres sostienen que los replicantes no pueden recordar su niñez, porque nunca fueron niños, pero yo estoy dispuesta a demostrar que mis recuerdos son auténticos, no implantados. Basaré mi defensa en que todos  los humanos lectores tenemos un libro favorito y que sólo  nosotros somos capaces de emocionarnos al leer y de revivir esas emociones al evocarlo.
            En este largo viaje, “me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya…”
***
            “No se ve bien sino es con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”,- ha sido mi alegato final-. En silencio, los allí reunidos hemos llorado. He sido absuelta.

“Mi flor está allí, en alguna parte…”

Tercer premio: "La mujer que devoraba cualquier tipo de libros". Autora: Fuensanta Estremera Saura

Arrancó una página del “Ulysses” de Joyce y se la metió en la boca. Cerró los ojos y el sabor explotó  en su paladar como una palmera de fuegos artificiales: intenso, profundo, maduro, solo para gourtmets literarios. Ya no pudo detenerse. Cuando estaba saboreando el monólogo de Molly Bloom, se paró  a reflexionar. Recordó que contrajo aquella compulsiva adicción durante la infancia, cuando picoteaba  las hojas de novelas  de aventuras, de Verne,  de Salgari,  que sabían a  frutas exóticas.  Después, en su juventud, le apasionaron las  autoras francesas…  se comió todos los libros de Yourcenaur, Duras y Nothom,  adoraba sus matices  frescos, poderosos, contundentes.  Ahora, prefiere los sabores otoñales, Carter,  Roth, Steinbeck, con su gusto a  velouté de castañas regadas con un delicioso Bordeaux Clairet.  En su casa no   queda ya ni un libro, pero ha encontrado la solución para calmar su insaciable apetito libresco: ha conseguido ser  la presidenta de un Club de Lectura

viernes, 11 de enero de 2019

Acta del IV Concurso de microrrelatos "La garrapata budista"

Siendo las 20:000 horas del día 11 de enero de 2019, se levanta acta del fallo del IV Concurso de microrrelatos "La garrapata budista". En esta cuarta edición, son 19 los microrrelatos a concurso, más uno que, por su extensión, entra en la denominada categoría no oficial. Realizada la lectura de todos los textos y la votación de 1 a 5 puntos de los mismos, resulta el siguiente fallo:


  • Tercer premio para el relato "La mujer que devoraba cualquier tipo de libro", con 18 puntos, cuya autora confiesa ser Dña. Fuensanta Estremera Saura.
  • Segundo premio para el relato "Interestelar", con también 18 puntos, cuya autora confiesa ser Dña. Josefina García Godoy, a la sazón coordinadora del Club de lectura.
  • Primer premio para "Juicio inicial", con 22 puntos, cuyo autor confiesa ser D. Álvaro Giménez García. 
Confiando en que los autores dicen la verdad en cuanto a la autoría de los textos galardonados, se les hace entrega de los premios y se traslada la sesión a la terraza de la cafetería "Rachel", donde prometen sufragar los gastos de unos vinos, cervezas o similares.


INCIDENCIAS:

  1. D. Santiago Romero Portilla, miembro del club, durante los minutos previos a la votación y lectura de los textos y después del fallo, presenta una actitud algo inquieta e inquisitiva, en especial al hacer mención a la usurpación de los suricatos como sujetos literarios que ha sufrido en esta edición.
  2. Durante la estancia en la terraza "Rachel", un simpatizante del club que proviene del ensayo en conservatorio de la Lonja, corea la palabra TONGO al conocer el nombre de los ganadores e incidir en que una de ellas es la coordinadora del club, otra la ganadora de tres ediciones y otro el que escribe estas palabras. Se le recomienda que tome una cerveza y deje de hablar.

El pelotón final

Último grupo de microrrelatos. Ya deberíais tener vuestro veredicto...

Libros para una vida
Beautiful tango
El mejor maquillaje
Nostalgia

lunes, 7 de enero de 2019

"Nostalgia" cierra la edición de este año, el número veinte, si contamos el texto fuera de concurso


NOSTALGIA
Mujer leyendo en una ventana, de Julius Garibaldis Melchers
 Don Gustavo era popular en el barrio, siempre impecable, las rayas del pantalón bien planchadas, su americana correctamente abrochada, los zapatos brillantes y aquel libro de poemas bajo un brazo, mientras ofrecía el otro a su dulce esposa Doña Flora, ella con sus bonitos pañuelos anudados  en la cabeza, sonreía mientras los niños  les acompañábamos  para, situados  detrás del banco que solían ocupar en el centro del parque, escuchar aquellos poemas que él leía a su mujer  y a todos nos emocionaba.
 Ese ritual se nos hizo hábito todo aquel año hasta que un día ya no vinieron, los niños seguimos esperándolos día tras día durante semanas, cuando comenzábamos a creer que nunca más volveríamos a escuchar su voz, vimos venir a Don Gustavo solo, su pantalón mal planchado, su americana arrugada y sus zapatos llenos de polvo; no parecía el mismo, se sentó en el mismo banco pero no abrió su libro, nunca más.

"El mejor maquillaje"


EL MEJOR MAQUILLAJE

Alfredo fue destinado a Madagascar como profesor de ciencias. Allí conoció a la mujer de su vida. En vacaciones visitaron a su abuela cuya vecina le comentó: “¡Con lo apuesto que es tu nieto y qué poco vale ella!” Sin pensárselo dos veces, le replicó: “No te preocupes. Es menuda pero sus diplomas siempre la engrandecerán”. ¡Cuánta sabiduría!
Por eso me alegra verte rodeada de libros, bebiendo en todas las fuentes, ampliando tus horizontes, abordando las situaciones con amplitud de miras. Probablemente no irás a Gran Hermano pero siempre se te valorará por tu saber y manera de pensar. Esa es la mayor de las satisfacciones: sentirte respetada y apreciada por lo que eres. Bien es cierto que muchos te atacarán por querer ser libre e independiente. Seguramente es por envidia, sigue adelante.
Me encanta que te maquilles con el conocimiento, poesía y bellas palabras. Pues cuanto más inteligente es una mujer, más hermosa la veo.

"Beautiful Tango"


BEAUTIFUL TANGO

De sus preciadas posesiones, la biblioteca era la única que hasta entonces había desdeñado su mujer, la exuberante y voluptuosa Jeanne. Los dos encarnados hibiscos que lucía en su pelo el día que la conoció en aquel sórdido hotel porteño deberían haber sido motivo de alerta para él- decían que el hermano, un atractivo mulato, era su amante y su chulo-, pero, como cantaba Gardel, “por una cabeza, todas las locuras” …
Y ahora, en el patio trasero de la villa que habían compartido en su aventura matrimonial, preparaba, con la oscura lujuria de una pantera, el colofón a su perfidia: lomo sobre lomo, había ido apilando sus libros, prestos a desaparecer en una enmarañada melena de fuego, una alta columna de humo y vanidad, un monumento a la flaqueza y la ceguera del misteriosamente desaparecido Dashiell Everett, prolífico escritor de best-sellers como ¿Quieres bailar un tango conmigo? o Cómo deshacerte sin destornillador de tu marido.


"Libros para una vida"

Libros para una vida
               
               Al nacer su primogénita, Emily se preocupó por enseñarle
 la vida a través de los libros. 
Le mostró los placeres de la infancia con los cuentos de los hermanos
 Grimm;le ilustró sobre las aventuras de la adolescencia con La isla 
del tesoro y Tom Sawyer y le adentró en los recovecos del amor con
Romeo y Julieta y fragmentos escogidos de Las amistades peligrosas. 
               Concienzuda en su método, cuando su hija abandonó el hogar 
para afrontar su vida de casada, Emily sintió cumplida su labor.
 Así lo creyó, hasta aquella tarde de septiembre en la que su
 proyecto de mujer regresó a su casa con un maquillaje tan 
cárdeno como indeseable. Convencida de que cualquier problema se solucionaba con un libro,
 Emily retomó su costumbre y leyó a su hija, noche tras noche, Anatomie pour boucherie, hasta
asegurarse de que ya estaba preparada para un romántico reencuentro con el cobarde matarife 
de su yerno.

"Silencio"


SILENCIO


Mujer leyendo de Matisse
  Silencio. No. Nunca hay silencio. El silencio es interior, personal y único. Todo son ruidos, nuestra estruendosa vida. Shhhhhhh¡¡ Callad malditos. Apagad vuestros vehículos, aspiradoras, televisores, cadenas musicales… ¡¡Silencio!! Alejad de mí vuestros gritos irredentos, palabras las más de las veces sin sentido, conversaciones inocuas.
   Tras el cristal de la segunda ventana de un edificio de primeros de siglo, ventana con marco de madera, bisagras cien veces engrasadas que enmascaran un leve crujido de agotamiento, los mortecinos ruidos de la ciudad llegan apagados, pero continuos. Un claxon reclama su paso por la vía; unos verdecillos trinan en revoloteo amoroso; unos niños gritan sus juegos en el parque mientras una pareja frotan sus labios en un beso infinitamente ruidoso; el traqueteo del metro retumba en sus oídos; una hoja desciende desde su rama rasgando el aire…
   Silencio. Nunca hay silencio. No. Piensa la mujer manteniendo amorosamente un libro en su regazo.

"Misterio"

Retrato femenino, de Carl Whilheim Holsoe

MISTERIO

Aquella casa parecía construida al revés, unos tejados fuertes y sólidos, unos ventanales amplios, contraventanas de madera, dos torres a ambos lados de la fachada y unos cimientos llenos de aberturas que daban la sensación de flotar sobre el suelo, a todos los habitantes de aquella calle les parecía fantasmagórica y se acostumbraron a pasar por delante sin mirarla, surgieron leyendas sobre su existencia y la de sus habitantes.
Un  día, al salir del colegio, los hermanos de Samuel quedaron perplejos, había una joven sentada en la puerta de espaldas a la calle, no sabemos si pudo más la curiosidad o el atractivo de aquel cabello largo y negro, se acercaron despacio y le preguntaron: ¿vives aquí? Ella sin responder, abrió la puerta y les invitó a entrar.
Allí, sobre la silla, quedó abierto un libro sin título y con las páginas en blanco, mientras en la ventana del último piso una anciana mujer sonreía. 

"Mesita de noche", también participa


MESITA DE NOCHE


   En la mesita de noche siempre quedaba apoyado un libro. No duraba mucho, todo lo más una semana, por lo tanto, los mundos que visitaba aquella mujer a través de la lectura eran diversos y casi siempre placenteros. Por supuesto había modas pasajeras, libros románticos, históricos, policiacos o de suspense, pero los que más disfrutaba eran los que hablaban de personajes como ella. María era una mujer sencilla, vestía casi siempre pantalón vaquero y blusa, le favorecía claramente el color verde, por sus ojos, su media melena algo revuelta le infería un aspecto culto y juvenil, ya comenzaba a usar gafas por el cansancio, que achacaba a su vida lectora, pero no le importaba. Pero ahora una frase leída en su última adquisición la mantenía en vilo:
“He roto tu silencio por que habito dentro de ti…”

"Juicio Inicial", da comienzo a la última tanda de microrrelatos


Juicio Inicial

Hechas las diligencias previas, llegó el día del juicio. El fiscal comenzó su interrogatorio a Eva Mater. ¿No es cierto, señorita Mater, que prometió al señor Adán Pater acceder a sus deseos de boda, si mordía la manzana prohibida? Un tímido, pero pícaro sí salió de los labios de la mujer.
El fiscal sonrió y no hizo más preguntas. El abogado defensor, sentado junto a Adán, agachó la cabeza. El juez, moviendo su gran ojo dentro del triángulo, emitió el veredicto vociferando: Eva y Adán, por la Ley Divina, os declaro culpables de desobediencia y os condeno a la pútrida humanidad. Seréis expulsados más allá del riachuelo de las fieras.
El fiscal reía envuelto en olor a azufre. Los profetas, como balas, abandonaban la sala para registrar concienzudamente todo lo sucedido en sus libros. Adán, escondido y ruborizado, se tapaba sus estrenadas vergüenzas.
Eva, frente al juez, inauguraba la sensualidad al cruzar sus piernas.

viernes, 4 de enero de 2019

"Junto a la ventana", es otro más a concurso


JUNTO A LA VENTANA

Junto a la ventana, como todas las tardes, la mujer esperaba ansiosa la llegada de su hijo con el libro entre las manos.
            Ya apenas recordaba nada sobre su vida pasada y sólo era capaz de repetir algunas rutinas. Aguardar la visita del hijo era una de ellas.
            La infancia de ella, la de él, sus vivencias en tierras lejanas, sus amigos de los años felices, sus padres y hermanos… Todos estos recuerdos los evocaba uno y otro día el hijo a la madre para que no los perdiera del todo.
            Aquella tarde, él comenzó a leer el poema que, desde hacía varios meses, ella le pedía con insistencia que lo hiciera:
“Por el cinco de enero,
cada enero ponía…”
            -Mañana será tu cumpleaños, –lo interrumpió-.
            Sorprendido, el hijo levantó la vista y vio rodar las lágrimas por el añoso rostro de su madre. Se fundieron en un largo abrazo sin más palabras.

"Her favourite book"; siguen llegando relatos


HER FAVOURITE BOOK

La  mujer lo descubrió entre Cuentos Maravillosos y Novela Inglesa de Aventuras.
Pero, el principio no le sedujo. De hecho, abandonó enseguida su lectura. Dos frases desafortunadas y un párrafo inconveniente le provocaron desilusión y desánimo.
Tras veinte o veinticinco libros, en Literatura Romántica Inglesa, acompañada de Jane Austen, volvió a descubrirlo. Y, mientras leía Poesía Provenzal de Amor Cortés, decidió ojearlo.
 Diez hojas después, llegó a la conclusión de que le gustaba, pero, tal vez, no era el momento de leerlo.
 Todavía, no.
Volvió a dejarlo en Novela Realista Francesa.
Cincuenta volúmenes más tarde, en la sección de Filosofía, recordó vagamente algunas de sus páginas, aquellas que le habían hecho esbozar una sonrisa a destiempo…hacía… ¿cuánto?... ¿setenta y cinco libros?
Entonces…
…lo reconoció…y decidió buscarlo.
Lo leería con pasión cada noche, sin dejarse ni una página sin tocar, hasta arrancarle sus mejores palabras.
 Y él sería para siempre su libro favorito.


jueves, 3 de enero de 2019

"Su libro", otro relato más a concurso

Les vers d'Adonis
Su libro

Solo tenía un libro, lo guardaba
celosamente en una caja de galletas
que era de latón y llevaba dibujados
unos gatitos en su tapa.
Le encantó cuando se la regalaron, las galletas
eran de chocolate .
Todas las noches, desde hacía más de 10 años,
cuando se iba a la cama
encendía su flexo que era de color rosa
y repasaba lentamente su tesoro como si lo
observara por primera vez.
El texto era reducido, las letras grandes,
tenía muchos dibujos de vivos colores,
su preferido era el de una mujer que miraba
con mucho cariño al niño que mecía en sus
brazos , ella estaba segura de que le estaba
cantando una nana.
Siempre pensaba que era su mamá y
con este pensamiento conciliaba el sueño .
Soñaba con poder leer, pero su mochila genética
llevaba una sobrecarga, a su pareja 21
le sobraba un cromosoma.

miércoles, 2 de enero de 2019

Otro relato más: "El influjo secreto"


EL INFLUJO SECRETO
En el dominio bético, en su sierra  formada por bloques de calizas, en sus cuevas y abrigos, en su río Thader que a veces parece el  río  Nilo, en sus tejados puertas y postigos venerables; en el bullicio del mercado y en el silencio inaprensible del convento; en la cara de la gente, en la carrera contra el cáncer; las mujeres andarinas, los coches, los patinetes, el vendedor de arrope; en los belenes, las bandas musicales y las bombillas del árbol navideño; en la Lonja y en el quiosco de la plaza de San Sebastián, en la frente y en la lengua de las jóvenes que pasan; y al fin, tras su puerta de cristal, en el reposo de los estantes,  también está  el influjo secreto, sutil y poderoso de un libro, donde encontrar el hallazgo afortunado de un buen amigo.

Obra fuera de Concurso: "Diálogo de suricatos"


Al igual que ocurre en grandes festivales de cine como la Berlinale, Venecia o Cannes, inauguramos en nuestro concurso la sección no oficial, con este relato que, por cuestiones de extensión, queda fuera de la votación pero no fuera del placer de que todos y todas lo leamos.


DIÁLOGOS DE SURICATOS
(Miniobra de teatro en solo acto)

(La acción transcurre durante la siesta. Ginger y Fred, una pareja de suricatos, están tumbados en sus hamacas dentro de su coqueta madriguera del Loro Parque en el Puerto de la Cruz, Tenerife)

GINGER: Fred, si frotásemos la cáscara de ese plátano y saliese un genio, como el de Aladino, ¿qué tres deseos le pedirías?
FRED: A ver…El primero, que nos trasladase a los dos al hotel de suricatos VIP de         Varadero y que nos instalase en la mejor suite, con pulseras “todo incluido” y muchas    fichas para jugar a la ruleta. Sabes que me encanta. Luego le pediría una limusina color verde pistacho con un chófer disponible las 24 horas y, por último, no perder nunca mi potencia sexual para disfrutar contigo toda la vida. ¿Y tú?
GINGER: Pues yo, lo primero ser mujer y disponer de una inmensa biblioteca para leer todos los libros que quisiera. Luego, poder participar en la Windsurf Cup  de Fuerteventura y ganarla, naturalmente. Y después, llevarme el Rosco de Pasapalabra.
FRED: ¿No preferirías ir a Saber y ganar, que es de más nivel?
GINGER: ¡Ay no! Me gusta mucho más Christian Gálvez que Jordi Hurtado.
(En ese momento, los ojos de Fred se llenan de lágrimas y estalla en sollozos)
GINGER: (Asustada) ¿Qué te ocurre, mi amor? ¿Por qué te has puesto tan triste?
FRED: (Sollozando) Es que veo que me has dejado completamente fuera de tus planes y de tu vida…
GINGER: (Con tristeza) Ya… Pero me encantaría ser mujer y poder salir a pasear, a divertirme o a hacer deporte cuando y donde  yo quisiera y regresar sana y salva a casa siempre... ¡Sería una pasada!
FRED: Claro…Pero eso supone más de tres deseos…
GINGER: (Conciliadora) Vale… Pues entonces, sólo le pediría ese. En realidad, eso es todo lo que deseo.