Bodegón con patatas, ajos y cebollas, de Daniel Formigo |
Cena de fin de año
Me mira con ese aspecto
pálido de fingida suficiencia e indiferencia. Sé que en el fondo
solo pretende llamar mi atención, así que, desinteresado, la ignoro mientras flirteo
con otras invitadas al banquete. Azarosamente, acabo acercándome a
ella. Con sutileza, la despojo de sus vulgares ropajes, hasta dejarla
inmaculada y virginal. Entonces, como un depredador, mi certera arma
se abalanza sobre su piel y como un óleo fresco, la humedad la
inunda. Acabado el jugoso encuentro, reposo junto a la mesa entre
restos de comida, hasta que el refrescante agua del grifo me libera de
los restos de mi trabajo. Antes de volver al cálido cajón de los
cubiertos y recibir los halagos de cucharas y tenedores, la contemplo
por última vez - exhausta, desmadejada, indefensa - junto a otras
cebollas, ajos y patatas, a las que el horno invita a un caluroso fin de
fiesta.