FOOD PORN
De un trago, apuró su Martini antes de arreglarse. El vestido de este año era, como cabía esperar, una superación del anterior. Hasta un suricato- o un Chicote- podía darse cuenta de ello.
Todo confeccionado a base de fresas salvajes, a imitación de aquel vestido mítico hecho íntegramente de chocolate, el “Eternal Diamond”, de Lauren Smith. Pues el suyo sería “Éternel Rouge”, le había dicho Josie. “Y esta vez no te pediré que utilices una calva falsa”, añadió entre risas. “Es que hay que ver cómo odio el pelo, chica. Es tan difícil de cuadrar…”, decía al sentirse inspirado.
El vestido, que engarzaba todas sus piezas con hilo de seda color champán, tenía una pega: era perecedero, no sería pieza de museo; de modo que, tras animar a los telespectadores en las campanadas y dar un discurso en pro de la humanidad, tenía una misión inexcusable: encontrar en la fiesta de Año Nuevo a alguien para comérselo…
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