martes, 14 de enero de 2025

"La cosecha dorada" nos acerca a la veintena de relatos


LA COSECHA DORADA

En el corazón del desierto la luna desvelaba arcanos como un farol de plata en la intemperie. Los suricatos, reunidos en asamblea alrededor del puñado de monedas que habíamos distraído a los turistas intrusos con nuestras ágiles manos, debatíamos el destino de tan preciado botín. Pensábamos sortearlo en la tribu, usar las monedas como pesas de gimnasio, fichas de juegos o trofeo de campeonatos.

Pero había un problema: las monedas eran pocas, los suricatos muchos.

Nuestro líder, el insigne Cinéreo Estro, adornado con una cicatriz de oreja a oreja, gentileza del ominoso Jackal Dick, levantó la voz para formular su ingeniosa propuesta mientras un empellón del siroco levantó partículas de arena, haciendo que los demás nos apretáramos unos contra otros, expectantes.

-“Las sembraremos para cosechar muchas más el año que viene y así alcancen para todos”.

Ahora todos, y yo también, esperamos impacientes la llegada de la primavera con ojo inquieto si la lluvia tarda.


lunes, 13 de enero de 2025

Y "Cita a ciegas" el 18...

                      
                                    
CITA A CIEGAS

                                                            “Todo lo que vemos o                                                                                     p arecemos no es más que un sueño dentro de un sueño”

                                                                                               Edgard A. Poe

 

Llegué  muy tarde a la cita y el local parecía desierto. Todo el personal se había marchado. La verdad -pensé- que había sido muy ingenua al fiarme de Google Maps para llegar hasta allí. No lo conocía previamente y tan solo sabía de él por Instagram. Siempre tan confiada-me dije.

Él me recibió con una amplia sonrisa, que dibujaba una media luna blanquísima, refulgente, en su bronceado rostro. Pretendía infundirme confianza, pero fue perturbador… Pasa, siéntate en el sillón azul -me invitó- vuelvo enseguida

Nerviosa, tomé asiento y clavé mi uñas en el sillón…

¡Cómo se me ocurrió venir sola! Intenté serenarme, estaba allí por mi propia decisión... Entonces, me quedé petrificada al oír el  inquietante ruido de la fresadora…Tranquila, será muy rápido -me dijo en un susurro, sin dejar de sonreír.

Yo, cerré los ojos y sentí, estremecida, el chirriante sonido de la turbina entre mis encías…



"Hombres de arena" hace el número 17

 HOMBRES DE ARENA

 

Desde esta plaza abandonada, sientes como un ancestral privilegio la contemplación de la luna. Imaginas una historia para cada cráter, fantaseas sobre sus desiertos y dunas, que se mueven, se buscan, se entrechocan tintineantes como gotas de leche materna cristalizada, colgadas como cuentas de un vestido en un glacial fin de año.

No, esas dunas son en realidad los restos del científico Eugene Shoemaker, que no pudo ser astronauta a causa de una enfermedad, pero pudo cumplir su sueño de perderse entre las hendiduras de los asteroides cuando murió y la NASA decidió honrar su memoria lanzando la sonda Prospector, que liberaría sobre la superficie lunar, mediante impacto, una cápsula con parte de sus cenizas.

Ah, me pregunto qué lastimero canto entonarían, en los campamentos de Sonora, entre mezquites y pitayas, los indios seris -en su lengua aislada, “los hombres de arena”-, al ver el suelo de la divina luna desacralizado por la muerte.

 

Viaje de vuelta

 


VIAJE DE VUELTA


Ella permanece inmóvil y finge que duerme, sin alborotar las sábanas, como hace tiempo. Los sudores nocturnos la dejan exhausta. Aparecen sin avisar cuando duerme, sin motivo.  El sofoco llega como una ola y se derrumba sobre ella mojándola entera, sus senos, sus muslos, su cuello; sobre todo su cuello, donde ya no soporta ni la medallita de la Virgen que ha lucido treinta y dos años, desde que él se la regaló.  

El la contempla apesadumbrado porque fue su primer sueldo y su primer beso pero ahora  la ve allí, abandonada en el espejo del tocador, como un cadáver lastimoso. Decidido, se la echó al bolsillo, le pidió que se vistiera y cuando llegaron al escaparate de una agencia de viajes lleno de fotografías enormes de playas, transatlánticos, lunas blancas y desiertos rojos le dijo:


— De aquí no me muevo hasta que elijas el lugar del planeta donde volverás a besarme y a lucirla.

sábado, 11 de enero de 2025

Carta de los Reyes Magos

Caja de llaves oculta creativa, artesanía de madera, Ore Moon, caja de  almacenamiento de joyas delicadas de temática gótica para anillos,  collares, caja de regalos de navidad


Carta de los Reyes Magos

                                                                                                                         Se encierra en su cuarto. Está enfadada conmigo.

                                                                                                                        No entiende que yo un sábado y domingo me vaya.

                                                

                                                                                                                                        S. M. J.C. I


 

 

                                                                                                         Abu Dabi, 5 -1- 2025

 

Querido Felipe,

 

aunque la distancia física y afectiva nos separa, creo llegado el día de regalarte mi bien más preciado: la llave de la luna creciente. De origen divino, los hombres de nuestra estirpe siempre ostentaron este amuleto como necesaria válvula de escape para combatir la abulia conyugal. Su poder nos trasportaba a dimensiones bárbaras y feroces, si bien, había que cumplir una norma: que no recibiese luz del día. Por ello, tuvimos que guardarla en el único sitio posible: nuestro culo.  Allí, se ha mantenido incólume y a resguardo de nuestras esposas. 

Ojalá sepas apreciarla, evitando que L. la descubra. Su pasado de periodista incisiva y rigurosa sería el fin de este privilegio.

 

PS: no sufras por posibles hedores en la llave. Mis criados malayos la han limpiado a conciencia con fina arena del desierto, dejándola tan esterilizada como el cenizo gesto de tu ortodoxa madre.

El Título en el interior

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EL TÍTULO, EN EL INTERIOR

La Luna, lívida hermana de la Tierra, vagaba a través de los desiertos pasadizos de la noche. Una mujer corría desalada por el oscuro callejón con un bulto entre los brazos. No pudo verme porque yo estaba escondido entre las sombras, esperando. Ardía en deseos de conocer el motivo de su huida y detenerla. De pronto, un individuo apareció tras ella, persiguiéndola con deleite, como si la tuviera enganchada a un sedal que él podía soltar o recoger a su antojo. El desconocido jugaba al gato y al ratón con la mujer inerme sin imaginar que, con frecuencia, me gusta ser un perro. Siempre sospeché que yo no era como los demás. Ahora, tras largos años de vacilaciones y temores inciertos, me conozco. Nunca hablo de ello, no podrían entenderme. Guardo las formas, bebo vino en copas de cristal. Río con todos. El perseguidor no se me resistió, solo era hombre para lo innombrable.

Aunque siga brillando la luna...

Lienzo artístico, pintura al óleo, viajes espaciales, planeta universal,  Luna, Marte, Saturno, póster e impresión de imágenes de pared para sala de  ...

“AUNQUE SIGA BRILLANDO LA LUNA…”

So, we'll go no more a roving

So late into the night,

Though the heart be still as loving,

And the moon be still as bright.

Lord Byron

(Crónicas Marcianas)


“Así que, ya no seguiremos paseando

hasta tarde por la noche,

aunque el corazón siga amando,

y la luna siga brillando…”

Ylla dejó de repetir esa canción en un idioma que no comprendía y que oyó por primera vez en aquel sueño en el que contactaba con seres de otro planeta. 

Antes de que los terrestres llegaran al lado oscuro de la luna, a su casa, antes de conocer al hombre de la NASA, Ylla lo había soñado. 

Cuando la Voyager alunizó en el desierto, Ylla ya lo amaba…

El hombre de la NASA tan solo le dijo: “Voy a-marte”

Ylla le creyó…

Pero la Voyager, equipada con sus grabaciones, imágenes y música para dar a conocer el género humano a otros seres inteligentes, desapareció hacia el planeta rojo.