ANTONIO, EL PACHULI
Posts, de Quique Ortiz |
Agotado, dejó el libro sobre la
mesilla y cerró los ojos. Antonio, el Pachuli, viudo y octogenario, vivía en
los suburbios. Adornaba el dormitorio una hoja de calendario de un octubre
antiguo. Esta es toda la información biográfica que aquí interesa. Antonio no
pudo conciliar el sueño porque en su imaginación campeaba la imagen del perro
abandonado que había visto esa tarde ventosa y se levantó del catre. Las cosas
pequeñas esconden la vida, la embolican con sus pequeñeces: el calor de la taza
en las manos, las siestas que velan el triste recuerdo de sus seres queridos
y las colitas agitadas de los perros
contentos. Así, el rescate de un cachorro podría ser una emoción honda, tal vez
la última en su vida desafortunada.
Cuando llegó al camino, el viento
agitaba la chapa de las chabolas. Lo encontró, pero sus ojos helados ya miraban
la luna. “Te me adelantaste, perrito”, susurró con voz apagada.
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