KAIRÓS
Fresco de Francesco Salviati en el que se aprecia el Kairós |
Todas las estaciones del año, la Naturaleza ya se encargaba de hacerlas bella…
Pero los hombres pensaron ser sus AMOS Y DUEÑOS, ¡qué torpeza!
Recuerdo mi niñez con una chaqueta llena de lazos y una falda plisada.
El verano se alejaba y sentíamos la brisa de octubre. Este mes era especial, personas queridas a mi alrededor y un mundo futuro sin conocer.
Llegó la adolescencia con olor a madera oriental, llamada “Pachuli”; para mí tenía su fragancia…
Mis sentidos percibían la libertad, nuevos horizontes, otras culturas y comportamientos.
Pasaba la vida….
Las ilusiones, fantasías, ensoñaciones se cuestionaban….
¡Cómo combatir la extrañeza, la finitud, la desolación del alma!
Apliquemos el “Kairós”, ese tiempo mágico y momento especial, donde se aleja el dolor… todo se consolida con el fluir del instante.
¿La Humanidad podría cambiar? sí. Tan solo una actitud bondadosa, una sonrisa limpia y el recuerdo y la conciencia, de que todavía somos vida.
Ciertamente “el milagro existe”, es un proceso de transformación personal, evolución paulatina; en definitiva, el nexo con los demás.
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