ABRELATAS PINZÓN
“Le dije: ¿un piquito?”
Canción popular
"El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión...de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de pasión".
Pablo Sandoval
Como abuelo tuyo que soy, te debo una explicación: el hambre da puntapiés, tantos que uno me mandó sin blanca a Benidorm como camarero. Y de no ser por Gumersindo, un albaceteño apodado “El elefante” por su olfato comercial, así habría terminado. Pero él miró mi nariz, curvada, aguileña, única, y vio un sacacorchos humano que, durante cuarenta años, no paró de abrir cervezas en un espectáculo archifamoso del Palace entre lustrosas tetas de vedettes caribeñas. Así que hoy, cuando has destapado el champán y el tapón se ha ido al insondable canalillo de tu novia, no he podido evitar lanzarme a sacarlo, con la fatalidad de engancharme con el minitop que hasta ese momento la cubría. No entiendo su enfado, ni eso de la ausencia de consentimiento (ni que fuera yo ese del piquito a las futbolistas). Como os digo, no es vicio, sino pasión, esa por la que me llamaban “Abrelatas Pinzón”.
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