Querida Dánae: Tú no puedes mirar atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable….
Llevo varios días pendiente de ti consumiendo mis últimas energías. Volé desde Canadá a México con mi fe e ilusión puestas en ti y en tus hermanas. Ahora que tu dorada membrana de crisálida es transparente y has sacado la cabeza, te dirijo estas palabras. Espero que el ritmo de mis antenas te permita captar este mensaje.
Mi deseo es transmitirte algunas recetas para la vida, para el amor, como yo las recibí de mi madre, una preciosa mariposa monarca a la que espero que te parezcas. La vida no será fácil, pero es bella….Ya verás cómo, a pesar de los pesares, tendrás amigos, tendrás amor…Nunca digas no puedo más y aquí me quedo…
Huye de los depredadores, -tus preciosos colores te van a ayudar mucho-, conéctate al amor, olvida el miedo y, sobre todo…vive y deja vivir.
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