Bendije su humedad, bendije su tigre,
bendije el agujero de luz,
bendije mi viejo cuerpo doliente
J.L. Borges
El último viaje de Ryan Goldschmidt
El jaguar es, como yo, un animal solitario. El veterano biólogo Ryan Goldschmidt insistía en esa idea mientras recorría en una barcaza las ocres aguas del Pantanal. Había cifrado sus esperanzas en un ejemplar negro al que llamaba Mr. Night, pero tras un tiempo de observación, sobrevino el desaliento. “Da más una cauchera de alambre”, se decía a sí mismo con fingida resignación.
Jaguar negro, Anónimo |
Los caimanes paseaban tranquilamente ante la vista impertérrita y soñadora de Mr. Night. No cazaba. Tampoco se sentía llamado a fecundar a las hembras, que trataban de provocarle con solícitas vocalizaciones. No luchaba por reivindicar, siquiera, su territorialidad.
En definitiva, Goldschmidt no tenía nada, salvo la contemplación de ese felino de bruñido pelaje que, tumbado en la floresta, al margen de todos los ciclos vitales que se orquestaban en el humedal, parecía haber caído en ese ensimismamiento imperdonable con que desde tiempos inmemoriales las divinidades ignoran los sueños de los hombres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario