Retrato femenino, de Carl Whilheim Holsoe |
MISTERIO
Aquella casa parecía construida al revés, unos tejados
fuertes y sólidos, unos ventanales amplios, contraventanas de madera, dos
torres a ambos lados de la fachada y unos cimientos llenos de aberturas que
daban la sensación de flotar sobre el suelo, a todos los habitantes de aquella
calle les parecía fantasmagórica y se acostumbraron a pasar por delante sin
mirarla, surgieron leyendas sobre su existencia y la de sus habitantes.
Un día, al salir
del colegio, los hermanos de Samuel quedaron perplejos, había una joven sentada
en la puerta de espaldas a la calle, no sabemos si pudo más la curiosidad o el
atractivo de aquel cabello largo y negro, se acercaron despacio y le
preguntaron: ¿vives aquí? Ella sin responder, abrió la puerta y les invitó a
entrar.
Allí, sobre la silla, quedó abierto un libro sin
título y con las páginas en blanco, mientras en la ventana del último piso una anciana
mujer sonreía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario