VUELO
“Siento que voy a enloquecer de nuevo”.
Virginia Woolf
“El hombre yace, el cielo se eleva, el aire mueve” .
Miguel Hernández
El canto del pinzón es el único testigo. Aunque se confunde con el rumor de las aguas, su nota blanca consigue emerger sobre ellas. Algo aturdida, todavía lleva las manos manchadas por la tinta con la que ha escrito la carta de despedida a L. Sin embargo, la tierra de las piedras que se mete en los bolsillos ayuda a limpiarlas. El primer paso es primordial -piensa-. Después solo hay que caminar. Aunque es final de marzo, la primavera es muy tímida y el agua sigue fría. Como un pájaro leve y fugitivo se deja caer sobre el lecho de la corriente y extiende los brazos, ávida de sentir el plumaje que la eleve, pero por más que se debate en ascender, naufraga. El agua la abraza con morosidad, acunándola en el fondo del río. Las voces, por fin, se acallan. Ahora sí, yace tranquila: el cielo se eleva, el aire mueve.
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