EL TIBURÓN
“El Tiburón” me apodaron y nunca supe realmente el porqué. Al principio me molestó, parecía rebajar mi categoría social, después me di cuenta de que ese apodo me hacía más “cool”. Yo era irrepetible, marcaba un abismo con mis rivales y nunca me daba por vencido, ni en los momentos más críticos he perdido mi equilibrio, sigo aunque pierda uno de mis apoyos fundamentales ¡estoy hecho para eso! Soy capaz de soportar una alta presión, “respiro” y freno en circunstancias muy difíciles...Todavía recuerdo aquella vez en que gracias a mi pericia y maniobrabilidad el Presidente de la República Francesa, De Gaulle, salió ileso del atentado en que le dispararon 200 balas. Así se creó mi leyenda y no solo me llamaron para el cine_recuerdo mis cameos en “Fantomas”_sino que, tal es mi caché, que soy valorado como una obra de arte en el MOMA.
Y todo gracias a mi larga estirpe familiar: los Citroën DS.
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